Gaza y el sur de Israel han vivido en las últimas horas los momentos más violentos desde la ofensiva israelí del 2014 en la franja. Desde el sábado, los bombardeos israelís han matado al menos a 22 palestinos y los cohetes lanzados por milicianos palestinos sobre Israel han acabado con la vida de cuatro israelís.

El primer ministro de Israel y titular de Defensa, Binyamin Netanyahu, dio ayer instrucciones al Ejército para continuar con los bombardeos a gran escala, que ya han alcanzado casi 300 puntos en Gaza, entre ellos objetivos de los grupos palestinos Hamás y Yihad Islámica, como lanzaderas de cohetes, bases de entrenamiento, lugares donde supuestamente fabricaban y almacenaban armas, un túnel subterráneo que comunicaba Gaza con Israel, según el Ejército israel.

Las milicias palestinas han disparado desde la franja al menos 600 proyectiles, según el portavoz del Ejército israelí Ronen Manelis, que han afectado principalmente a las localidades del sur de Israel más cercanas a Gaza, aunque han llegado a la ciudad de Beersheva, a unos 40 kilómetros de la franja. De los cohetes lanzados, 510 han llegado a territorio israelí, la mayoría han caído en campo abierto, 150 han sido interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro y 35 han alcanzado poblaciones.

REFUERZO EN LA FRONTERA / «He ordenado que continúen los ataques masivos contra objetivos terroristas en Gaza y reforzar las tropas de blindados, artillería e infantería en torno a la franja», declaró Netanyahu al comienzo de la reunión del Gabinete en funciones.

Hasta ahora, 22 palestinos han muerto en Gaza, entre ellos, un niño de 12 años, y dos mujeres embarazadas y la sobrina de una de ellas de 18 meses, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. El Ejército israelí negó que la joven y la niña hubieran fallecido en los bombardeos israelís y aseguró que, según informaciones de espionaje, murieron por un cohete o un explosivo de Hamás.

Dos milicianos de la Yihad Islámica se encuentra también entre los fallecidos, así como Ahmad Judari, que según Israel, utilizaba su compañía de cambio de divisas para transferir fondos de Irán a milicias de Hamás y la Yihad. La aviación israelí atacó directamente el vehículo en que viajaba Judari y perpetró así el primer asesinato «selectivo» -según define el Ejército israelí- desde el 2014.

Los cohetes de milicianos palestinos mataron a cuatro personas en Israel: un hombre de 58 años en la ciudad de Ashkelon, otro en Ashdod, un trabajador de una fábrica que resultó gravemente herido por el impacto de un proyectil y murió después, y un hombre que pereció por el impacto de un misil cuando conducía su coche. Netanyahu pidió a los residentes de Israel que sigan las instrucciones de seguridad, como estar cerca de los refugios antiaéreos y aseguró estar trabajando «para restaurar la paz y la seguridad a los habitantes de sur».