En la grabación se veía como Abú Imara al Omri se agachó y besó la mano de su padre, que le bendijo ante la tarea que debía acometer horas más tarde. El chico, de apenas 11 años de edad, se subió poco después a un camión lleno de explosivos y se lanzó contra tropas rivales en los alrededores de la localidad de Ghazl, cerca de Alepo. Los medios afines al Estado Islámico difundieron vídeos y fotos del menor, al que glorificaron y calificaron de mártir.

Abú Imara al Omri, de 11 años, con su padre antes de cometer una acción suicida.

Todo apunta a que el niño de entre 12 y 14 años que este domingo se ha suicidado matando a 51 personas en el sur de Turquía es, como el pequeño Abú Imara al Omri, uno de los"cachorros del Califato", que es como el Estado Islámico ha bautizado a los niños que emplea en misiones terroristas y de combate.

Por desgracia, no son caso aislados. Según un estudio del Centro de Combate del Terrorismo (CTC) de West Point, una institución puntera en el estudio del yihadismo, el Estado Islámico emplea cada vez a más niños como terroristas. En los últimos 13 meses, este ente terrorista ha glorificado como mártires a 88 niños fallecidos en acciones armadas.

Un total de 39, es decir, la mayoría de esos niños, murieron en acciones suicidas en las que conducían coches o camiones cargados de explosivos que lanzaban contra las líneas enemigas. Otros 33 perdieron la vida en combate. Cuatro de esos niños se hicieron estallar en medio de multitudes de civiles, en una acción calcada a la de este sábado en Turquía.

De hecho, el informe señala que el EU da a los niños "el mismo trato que al resto de los combatientes". Charlie Winter, uno de los dos autores del informe, explicó a la CNN que el análisis de esos datos demuestra que "el uso de niños (en acciones terroristas) se ha normalizado".

Muchos de esos niños reciben entrenamiento en algunos campos específicos para ellos. Ahí se les adoctrina y se les enseñan tácticas de defensa personal y de guerrilla urbana. Un padre explicó a los autores del informe que uno de los días su hijo volvió a casa con una muñeca vestida con un mono naranja que había de decapitar. "Eran deberes para casa", contó. Una vez han culminado la formación, los niños reclutas han de decapitar a un prisionero como acto de graduación.

En todas las escuelas de las zonas bajo control del Estado Islámico los niños reciben desde los cinco años una enseñanza orientada a la yihad. Incluso cuando se les enseña matemáticas, los libros escolares van ilustrados con pistolas, tanques o cuchillos. A partir de los 10 años, a los niños ya se les enseña a usar armas.

De hecho, el Estado Islámico ha difundido varios vídeos en que se ve como niños ejecutan a prisioneros. Uno de los que más repercusión tuvo fue el de la ejecución de una hilera de soldados sirios, a los que un grupo de chicos, colocados tras ellos, les dispararon en la nuca.

También han encumbrado a algunos de ellos. El primero en convertirse en icono infantil del grupo yihadista fue Abú Ubaydah, conocido como el 'Cachorro de Bagdad'. Hijo de un yihadista, apareció en numerosas fotos y vídeos. Falleció en un bombardeo estadounidense en el otoño del 2014.

Abú Ubaydah, el conocido como 'Cachorro de Bagdad', uno de los primeros niños del Estado Islámico.

A Mia Blood, una de las autoras del informe del CTC, uno de los elementos que más le llama la atención es que, aunque hay excepciones, "es sorprendente el grado en que los padres permiten al Estado Islámico tener acceso a sus hijos. Esos niños no son secuestrados. Esos niños no están coaccionados. En la mayor parte de casos, lo que vemos es a niños sonrientes y que al menos en una ocasión se despiden de sus padres".