El yihadista que, desde Siria, hacía semanas que la cortejaba a través de Skype, Whastapp y Facebook no se andaba con rodeos. Al principio, la joven, una musulmana residente en Cataluña, vio cómo le ofrecía dinero para ir a casarse con él a Raqqa, la capital de facto del Estado Islámico. Más tarde, sin embargo, recibió una propuesta muy distinta. El terrorista ya no le pedía que viajara para unirse a él, sino que atentara en Cataluña, en concreto, contra un local repleto de civiles. Incluso le aseguraba que si moría en una acción de martirio en Occidente la recompensa como mátir sería el doble. «Te llegan armas y te metes donde hay reuniones y empiezas a matar a saco, todo lo que te encuentras de frente», le exhortó el yihadista, en una conversación mediante esa aplicación de mensajería a cuya transcripción ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE CATALUÑA.

Ese diálogo tuvo lugar a principios de junio del 2015 y fue interceptado por investigadores del Área Central de Información Exterior de los Mossos d’Esquadra, que llevaban semanas investigando al yihadista. Este respondía al alias de ‘Abú Chaima’ aunque su verdadero nombre era Abdeljalil Ait El Kaid, un marroquí que residía en Alicante hasta que, en el 2014, decidió dejarlo todo y viajar a Siria, donde se integró en las filas del Estado Islámico y presuntamente formaba parte del grupo del que salieron los autores de los atentados de París y Bruselas.

Esa conversación, que son los primeros indicios obtenidos por un servicio de seguridad occidental de lo que más tarde pasó en Francia, muestra toda la argumentación que este yihadista construye para convencer a la chica de que cometa un atentado. Así, comienza por insistirle en que escuche las prédicas de Abú Mohamed Al Adnani, el terrorista sirio que fue portavoz del Estado Islámico y responsable de ‘Emni’, que es como se llamaba la rama del grupo terrorista dedicada a realizar atentados en el extranjero.

ESCUCHA A AL ADNANI

En septiembre del 2014, Al Adnani dio un discurso titulado ‘Dios está siempe atento’ que tuvo un amplio eco en los foros yihadistas y que se considera como el llamamiento del EI a los musulmanes residentes en Europa para que atentaran en sus lugares de residencia. «Es importante que escuches a Abú Mohamed Al Adnani. En Youtube», le recomienda.

«Debemos matar a los infieles allí en Europa como ellos están matando a los musulmanes aquí», le insta él, a lo que ella responde: «Aquí es imposible». Pero él insiste: «Es al revés. Nos faltan hombres allí. Y las mujeres. En lugar de los hombres. Lo mismo que han hecho los de París [en referencia a los ataques contra Charlie Hebdo]. Hay que matar a los infieles. Y te quedas con la recompensa de dos mártires. Un paraíso amplio como los cielos y la tierra juntos». Acto seguido urge a la chica a actuar «como las mujeres de Chechenia. Las que atentaron en el cine».

Cuando ella le dice que «sola no puedo hacer nada», él no ceja. «Mata a los infieles hasta que te maten y ya está». Ait El Kaid le deja claro que no hay problema en hacerle llegar armas. «Hay armas allá. (…) Te llegan armas y te metes donde hay reuniones y empiezas a matar a saco, todo lo que te encuentras de frente. Dios grandioso. Y empiezas. Mata todo lo que puedas matar».

Fuentes cercanas a la investigación señalan que esas comunicaciones muestran «toda la carga de captación, adoctrinamiento y proposición de cometer un atentado». Además, la petición de atentar que le hace Ait El Kaid a la joven no era ninguna bravuconada para impresionarla. Ese diálogo produjo en junio del 2015. Aquellas frases mostraron el modus operandi que, cinco meses más tarde, la noche del 12 de noviembre del 2015, empleó el comando terrorista que atentó en París y masacró a 137 personas, la mayor parte de ellas en una sala de conciertos, el Bataclán.

CONOCIMIENTO DETALLADO

Ait El Kaid tenía ese conocimiento detallado de los planes terroristas por una razón: él mismo formaba parte de uno de los comandos que Abdelhamid Abaaoud, el terrorista belga que lideró los ataques de París, estuvo enviado desde el 2014 desde Siria a Europa para atentar. Durante el 2015, el líder terrorista belga envió, además de a los autores de la masacre de la capital francesa, al menos a otro grupo de cuatro yihadistas a atentar en Europa.

Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de los atentados de París y Bruselas, en una foto en Siria.

Uno de ellos era Ait El Kaid, que fue detenido el 22 de junio del 2015 en Polonia durante su viaje de regreso. Su detención se produjo apenas 19 días después de mantener ese diálogo con la joven y fue gracias precisamente a esa investigación de los Mossos y la Guardia Civil, que ya le seguía la pista después de que desde el entorno en España de Ait El Kaid, alertara del desplazamiento a Siria. Tan pronto como entró el espacio Schenguen fue arrestado. Las fuerzas de seguridad están convencidas de que venía a Europa a cometer un atentado. Actualmente, está en prisión en España.

PRIMER ENCUENTRO EN FACEBOOK

El flirteo entre el yihadista y la joven comenzó mucho antes. La chica se había metido en un grupo francés de Facebook llamado ‘Musulmanes del mundo entero’. Allí, al poco de entrar, le pidieron amistad cinco perfiles distintos. Acababa de comentar una fotografía del grupo y le llegó el aluvión de proposiciones.

«Todas muy distintas. Un saudí, una mujer qatarí, el yihadista en Siria… Está claro que forma parte de una estrategia de captación. Se le presenta una oferta muy distinta de perfiles a ver cuál escoge la víctima. En cuanto empezó a intimar con el yihadista, el resto de perfiles desaparecieron», explican fuentes cercanas a la investigación.

El yihadista le pidió a la joven dejar de hablar por Facebook y pasarse a Telegram, la app de mensajería preferido por los terroristas por su alto nivel de encriptación y por la posibilidad de autodestrucción de los mensajes. Pero la joven se negó. «Y él siguió hablando con ella por Facebook. Le pudo la excitación sexual», añaden esas fuentes. Como este, muchos otros yihadistas, jóvenes que se han desplazado a Siria e Irak a luchar, han aprovechado su aura de combatientes para, mediante las redes sociales, deslumbrar a chicas a las que llevarse a esas zonas con promesas de matrimonio.

“¿DÓNDE ESTÁ MI NOVIA?”

Así, Ait El Kaid comenzó a insistir a la chica para que se fuera con él. Cuando ella le mostró sus reticencias, él la intentó convencer asegurándole que disponía de «20.000 dólares» para mantenerla y se hizo una foto en que aparece con el fajo de billetes. «¡Deseo que estés aquí mañana!», le dice. «Ahora hay califato aquí. Aquí, en Raqqah es lo mismo que estar en Madrid», le responde cuando ella le reconoce que tiene miedo por él. «Todos están contra vosotros».

Del conjunto de conversaciones, se deduce como el yihadista es un conquistador insaciable, ya que le confiesa que ya tiene una novia e incluso hace que la joven le ponga en contacto con una amiga para que también se vaya con él al territorio del Estado Islámico en Siria.

«¿Y dónde está mi novia?», le pregunta él en una conversación a la joven. «Juro que no sé que está esperando. Pero te quiere. Y te acepta», responde ella. A lo que él insiste: «Mírame a esa chica, que estoy soñando con ella». Incluso se plantea la posibilidad de que las dos viajen juntas para reunirse con él. «¿Tiene medios para viajar?», le pregunta. «Sí, ¡gracias a Dios! Nosotras las dos tenemos medios», le contesta ella.