La situación para Donald Trump, empeñado en negar la evidencia de la pandemia se complica. Estados Unidos alcanzó ayer su récord de casos de coronavirus desde que la pandemia entrara en el país hace cinco meses. Superó los 40.000 contagios en un solo día, una cifra alarmante que la Casa Blanca trató de ofuscar aportando su propia lectura orwelliana de la realidad.

«Hemos hecho un progreso increíble», dijo el vicepresidente, Mike Pence. «Todos los 50 estados y territorios del país están reabriendo con seguridad y de forma responsable», añadió en la primera rueda de prensa del equipo designado por Donald Trump para liderar la respuesta al coronavirus. Lo cierto es que numerosos estados reabrieron sus economías antes de cumplir con los criterios de desescalada y algunos como Texas o Florida han frenado la reapertura tras ver como los contagios explotaban en las dos últimas semanas.

En la comparecencia de Pence no hubo un ápice de autocrítica ni la mínima señal de que la Casa Blanca esté dispuesta a cambiar de rumbo ante los desastrosos resultados de su gestión. El vicepresidente reconoció que los positivos «están aumentando de forma precipitada» en el sur de país, pero lo achacó en gran medida al aumento de las pruebas de diagnóstico, cerca de 500.000 diarias, aunque algunos análisis sostienen que los contagios están creciendo mucho más que el número de pruebas llevadas a cabo.

Pence dijo también que solo en 16 estados están aumentando los casos, cuando el análisis del New York Times habla de 30 estados, no solo en el sur, sino también en el oeste. En California, por ejemplo, la cifra de positivos se ha doblado.

Y ni siquiera está claro que las cifras oficiales se ajusten a la realidad. El director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, afirmó que el número de contagios podría ser hasta 10 veces superior a los 2,4 millones registrados hasta ahora. O lo que es lo mismo, cerca de 24 millones. «En estos momentos estimamos que, por cada caso registrado, hay 10 veces más de infecciones», dijo.

En plena debacle sanitaria y política, Trump canceló sus planes para pasar el fin de semana jugando al golf en Nueva Jersey. Está en caída libre en las encuestas a menos de cinco meses para las elecciones. En algunas encuestras es ya superado por el demócrata Biden.