Era un veredicto esperado que refuerza las constantes denuncias que realizan periódicamente las oenegés internacionales acerca de que Rusia está viviendo la «peor crisis de derechos humanos» desde la desintegración de la URSS. La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sentenció ayer que al menos dos de los arrestos que ha sufrido el bloguero opositor Alekséi Navalny han tenido un «móvil político» y han estado orientados a «asfixiar el pluralismo político» en el país, condenando al Estado ruso a pagarle una compensación de 63.000 euros. Al tratarse de una decisión de la instancia suprema de la corte de Estrasburgo, no cabe ya apelación o recurso alguno. «El tribunal ha determinado que existen evidencias contextuales convergentes que indican que las autoridades estaban actuando de forma cada vez más severa hacia Navalny» para controlar a la oposición.