En unos días comienzan las audiciones a los candidatos a comisario europeo pero hay dos que parece que no podrán presentarse al examen. La Comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara rechazó ayer a la rumana Rovana Plumb (socialdemócrata), designada para ocupar la cartera de Transportes, y al húngaro Laszlo Trócsányi (PPE), para Vecindad y Ampliación, al considerar que existen conflictos de intereses y no son aptos para el cargo. La pelota pasa ahora al tejado de la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que deberá decidir si desafía a la Eurocámara y mantiene a los dos nominados o pide a los gobiernos de Hungría y Rumanía nuevos nombres.

Los exámenes a los comisarios constan de dos partes. Una primera por escrito en la que están obligados a responder una batería de preguntas y una segunda oral con un interrogatorio de tres horas. Antes de afrontar esta prueba, sin embargo, hay una verificación previa ineludible a cargo de la Comisión de Asuntos Jurídicos: examinar la declaración de intereses económicos de los 26 candidatos propuestos -el Reino Unido no ha designado a nadie- para acompañar a Von der Leyen.

UNA SORPRESA / Fue en esta fase previa en la que se produjo la sorpresa. Las dudas en torno al exministro de Justicia húngaro con Viktor Orban se deben a su relación con el despacho de abogados que él mismo fundó en 1991 (Nagy & Trocsanyi). En el caso de Plumb, los problemas se refieren a un préstamo de 800.000 euros que notificó en su declaración de bienes al Parlamento rumano y que no incluyó en la del Parlamento Europeo.

Ambos comparecieron ayer ante la comisión pero sus explicaciones fueron insuficientes y, al contrario que los restantes 24 comisarios, no lograron el aprobado. «Es una caza de brujas», arremetió el eurodiputado húngaro Jozsef Szajèr. Ahora le corresponde a presidente de la Eurocámara, David Sassoli, informar a Von der Leyen.