El pulso institucional por el nuevo presupuesto de la Unión Europea para el período 2021-2027, de casi 1,1 billones de euros, amenaza con hacer saltar por los aires la negociación presupuestaria y de rebote complicarle la existencia y retrasar la puesta en marcha del fondo de recuperación de 750.000 millones acordado por los Veintisiete para mitigar los estragos socioeconómicos de la pandemia de coronavirus. El Parlamento Europeo sigue exigiendo a la presidencia rotatoria de la UE, que ostenta Alemania y que negocia en nombre de los Veintisiete, una propuesta con más dinero fresco -39.000 millones adicionales- para financiar los programas de gasto que consideran prioritarios aunque aceptan retomar los contactos este miércoles en una reunión de carácter exploratorio.

"Estamos dispuestos a mantener una reunión informal mañana por la mañana (por este miércoles) como ha sugerido, en lugar de las negociaciones trilaterales planeadas", pero "no sería eficaz reanudar las negociaciones trilaterales antes de intentar actualizar su mandato de negociación y buscar más espacio para el compromiso dentro del Consejo", ha avisado este martes el eurodiputado Johan van Overvedlt en una carta remitida al embajador alemán Michael Clauss. La última ronda de negociación quedó interrumpida el pasado jueves tras la decisión de los eurodiputados de abandonar la mesa por la falta de avances.

La Eurocámara, según cuantifican, reclama un aumento del presupuesto de 39.000 millones de euros, incluido un incremento del techo de gasto de 9.000 millones pero insisten en que no aceptarán el uso de los márgenes de flexibilidad que se deben utilizar en necesidades imprevistas y no para financiar los programas europeos. "El Parlamento no está interesado en trucos presupuestarios que dificulten los futuros procedimientos presupuestarios anuales", avisan.

ACUERDO DE JULIO, INTOCABLE

Las demandas no son nuevas pero de momento siguen sin ser satisfechas por la presidencia alemana de la UE, que insiste en que el paquete presupuestario aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el pasado 21 de julio, por valor de 1,8 billones de euros, es muy superior. "Lo que hemos propuesto hasta la fecha no es suficiente para el Parlamento Europeo. Piden volver a abrir el paquete de julio para añadir créditos adicionales superando el tope máximo. Pero para nosotros eso sería un camino peligroso que podría llevar al fracaso", ha alertado este martes el ministro alemán de Asuntos Europeos, Michael Roth, tras el breve debate celebrado por los Veintisiete.

"Estoy convencido de que si todos se muestran dispuestos a hacer concesiones vamos a conseguir un resultado razonable", ha añadido el político alemán pidiendo "pragmatismo" y "responsabilidad" para superar el bloqueo actual. "Queremos que se alcance un compromiso cuanto antes porque es imprescindible tener cuanto antes los fondos europeos", ha resumido el secretario de Estado para la UE, Juan González Barba, tras su intervención en el Consejo.

CONDICIONALIDAD DE LAS AYUDAS

El Parlamento Europeo es clave en esta negociación. Aunque no puede introducir enmiendas al acuerdo, su consentimiento es necesario como autoridad presupuestaria que es, de ahí la necesidad y el interés de los gobiernos en lograr un pacto previo que evite sustos durante la votación final en el pleno. El presupuesto no es, sin embargo, el único escollo por superar. Consejo y Eurocámara también deben pactar el mecanismo para condicionar el desembolso de los fondos europeos al respeto del Estado de derecho y las negociaciones avanzan con igual lentitud.

Aunque los Veintisiete llegaron la semana pasada a un compromiso, la propuesta de la presidencia alemana de la UE ha generado fisuras entre los gobiernos -Polonia y Hungría se niegan a aceptarlo mientras los nórdicos reclaman un instrumento más eficaz- y el plan tampoco gusta en la Eurocámara, que este lunes mantuvo la primera ronda de negociación. "Las posturas del Consejo y el Parlamento todavía están lejos. Los ciudadanos y contribuyentes europeos se merecen un mecanismo del Estado de derecho que funcione adecuadamente y se pueda aplicar en la práctica", avisan desde la Cámara. "No podemos aceptar ningún mecanismo del Estado de derecho que no tenga solidez jurídica y que pueda utilizarse para ejercer presión política sobre algunos estados miembros", ha avisado el ministro polaco de Asuntos Europeos, Konrad Szymanski.