El mensaje, con ligeros matices, es unánime. Al menos entre los grandes grupos del Parlamento Europeo. PPE, PSE, Liberales,Izquierda Europea y Verdes consideran que el deterioro y la represión política que se vive en Turquía, desde el intento fallido de golpe de Estado de julio pasado, requiere de una respuesta contundente que pasa por la suspensión temporal de las negociaciones de adhesión entre la UE y el gobierno de RecepTayyip Erdogan. Una recomendación que votarán el jueves en pleno y de la que discrepa la alta representante para la política exterior de la UE, Federica Mogherini, que ha alertado de que si se detiene el proceso “todos saldremos perdiendo”.

Durante un debate en el pleno del Parlamento Europeo, Mogherini ha reconocido que las relaciones están en una encrucijada pero ha insistido en que “la mejor forma de robustecer la democracia turca” no es cortando relaciones sino “hablando con Turquía y manteniendo abierto el canal de diálogo”. De lo contrario, augura la jefa de la diplomacia europea, todos saldrán perdiendo. “Si este proceso político se detiene todos saldremos perdiendo. Europa perdería un canal importante de diálogo y de palanca ante Turquía”, ha alertado mencionando la reforma constitucional que prepara el Gobierno de Erdogan.

Sus explicaciones, sin embargo, no han cuajado en una Eurocámara, cansada de las medidas represivas del Gobierno turco contra periodistas, políticos de la oposición y ciudadanos kurdos, y que ha cerrado filas exigiendo reacción. Pocos defienden la ruptura de relaciones pero el grueso de la cámara considera que ha llegado la hora de poner en el congelador el proceso de adhesión. “130.000 personas arrestadas, 40.000 sin cargos, 145 periodistas en la cárcel, una tercera parte de jueces y fiscales en la carcel, 36 alcaldes sustituidos por representantes del Estado. Es la situación que se da en Turquía así que no es culpa nuestra si nos vemos obligados a pedir la suspensión de negociaciones para la futura adhesión”, ha resumido el líder de los socialistas europeos, Gianni Pitella.

El eurodiputado ha admitido que Ankara es un socio clave desde el punto de vista geoestratégico, económico y político pero entiende que la Turquía que lidera Erdogan “va camino de convertirse en una dictadura” y que la UE “no puede quedarse de brazos cruzados”. El mismo análisis que hacía el líder del PPE, Manfred Weber, que ha exigido una señal política contundente de los gobiernos europeos, lo que significa “congelar de forma oficial las negociaciones”, al menos mientras perduren las vulneraciones del estado de derecho. “No podemos mirar hacia otra parte. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Es importante que no haya una ruptura pero hay que decirle que no se puede seguir adelante sin más. Y si se reintroduce la pena de muerte tiene que quedar claro que Turquía no podrá ser miembro de la UE”, ha advertido en línea con la postura que han defendido otros jefes de grupo como el liberal Guy Verhoftstadt, que ha alertado de las repercusiones que el no actuar tiene para la credibilidad europea, la ecologista Rebecca Harms o buena parte de las decenas de eurodiputados que han participado durante el debate.

RESOLUCIONES A VOTACIÓN, EL JUEVES

Todos los grupos han elaborado sendas propuestas de resolución que se votarán en la sesión de este jueves, aunque tratarán de consensuar de aquí a entonces un texto conjunto. De momento se han presentado ocho propuestas de resolución de las cuáles algunas, como las de los conservadores británicos y los euroescépticos, no proponen la suspensión de las negociaciones de adhesión.

"Las intervenciones han sido muy reveladoras", ha admitido el comisario de ampliación, Johannes Hahn, al término del debate pero "los Estados miembros no están dispuestos a esta hora a adoptar medidas más drásticas sino que apuestan por el compromiso", ha explicado.