La líder de la ultraderecha francesa y eurodiputada del Frente Nacional, Marine Le Pen, tenía hasta la medianoche del 31 de enero para devolver al Parlamento Europeo los 298.000 euros que la institución le reclama y que supuestamente utillizó para pagar a una asistente parlamentaria que en realidad trabajaba para el partido. Le Pen anunció ayer que no tenía intención de acatar la reclamación y este miércoles la Eurocámara ha dado un paso al frente al castigar a la dirigente francesa con la congelación de parte del sueldo y la reducción de su asignación para gastos y dietas. El hecho de que tenga sus propios problemas con asistentes parlamentarios es uno de los factores que explican la discreción de Le Pen ante el escándalo que sacude al que debía ser su principal rival en las elecciones presidenciales, el conservador François Fillon.

Le Pen pagó esa cantidad a Catherine Griset, una asistente parlamentaria acreditada ante el Parlamento Europeo pero que en realidad trabajaba en la oficina del partido en Nanterre (Francia) sin estar registrada como asistente local. Según 'Le Nouvel Observateur', el Frente Nacional no demostró durante la investigación abierta por la oficina europea de lucha contra el fraude (Olaf) la presencia regular de Griset en la sede de l<< Europarlamento en Bruselas, aunque según este diario firmó un contrato en el año 2000 que le obligaba a vivir en la capital comunitaria. Pero ni tenía residencia permanente en esa ciudad, ni contrato de electricidad o agua, ni dejó rastros de su paso por la sede.

El resultado es que, desde este miércoles, Le Pen pierde la mitad de su sueldo parlamentario. Además, a partir del 1 de marzo la secretaría general de la Eurocámara le retendrá también la asignación que tiene para gastos generales y la mitad de las dietas diarias, lo que significa que podría ver reducidos sus ingresos desde los 10.000 euros habituales hasta unos 3.000 netos. Un castigo que se le seguirá aplicando mientras no devuelva todo el dinero que se le exige. “No es un castigo, pero hay que recuperar los fondos que se entregaron para una cosa y se utilizaron para otra”, advierten desde la Eurocámara.

OTROS 41.500 PARA FINALES DE FEBRERO

El Parlamento Europeo le reclama además la devolución de otros 41.500 euros que Le Pen utilizó para pagar a Thierry Leger, que no ejerce como asistente parlamentario sino como su guardaespaldas. Le Pen tiene hasta el 28 de febrero para devolver esta segunda cantidad pero vista su postura es poco probable que lo haga. Esto significa que en total, la dirigente ultra debe devolver a las arcas de la Eurocámara en torno a 340.000 euros.

La eurodiputada francesa ya dejó claro anoche que no tiene ninguna intención de devolver un euro y que considera la medida adoptada por el Europarlamento una “decisión política” que no piensa acatar . “No me someteré a esta persecución”, advirtió en declaraciones recogidas por la agencia Reuters. “Me voy a batir y estoy convencida de que ganaré contra el Parlamento Europeo. Estamos siendo juzgados por gente que son nuestros adversarios políticos”, añadió, y calificó la decisión de vulneración de las reglas del Estado de derecho y el derecho francés.