El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha anunciado que los ministros de Economía del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han abierto por fin la puerta a estudiar una reestructuración de la deuda griega, una posibilidad que estaba incluida en el tercer rescate del país aprobado el pasado verano. El también ministro holandés ha precisado, con todo, que ese posible alivio está condicionado a pactar con el Gobierno heleno el paquete de medidas que se lleva semanas discutiendo (incluye reformas fiscales y de las pensiones) y un nuevo paquete de medidas de "contingencia" que se activarían en el caso de que las acordadas no logren los objetivos esperados.

Los acreedores institucionales y Grecia están en plenos proceso de revisión del tercer rescate y un acuerdo es imprescindible para que el país siga recibiendo las ayudas. Dijsselbloem ha apuntado que para que ese pacto sea posible debe darse luz verde a los dos paquetes de medidas y que ello permitirá también alcanzar un entendimiento sobre la deuda, como desea el Gobierno heleno.

El máximo dirigente del Eurogrupo, eso sí, ha precisado que en la reunión del organismo celebrada este viernes en Amsterdam no se ha discutido una quita del nominal de la deuda, una opción que sigue estando descartada, sino otro tipo de posibles medidas como el alargamiento de los plazos. Si hay un acuerdo en los tres puntos en liza, ha añadido, el Eurogrupo se volverá a reunir el próximo jueves para sancionarlo, pero, ha advertido, no hay que dar por seguro que habrá luz verde tan pronto.

MÁS RECORTES Y REFORMAS

Dijsselbloem ha asegurado que las partes están "muy cerca" de alcanzar un pacto sobre el paquete de medidas más inmediatas, que deberán tener un impacto equivalente a tres puntos del PIB griego. Las medidas de contingencia, ha añadido, tendrán que suponer un recorte adicional de dos puntos. Este segundo grupo de iniciativas solo se activarían si las anteriores resultan insuficientes, pero deberán ser "creíbles" y de aplicación "automática" según unos criterios objetivos.

El ministro holandés también ha defendido que este plan de contingencia deberá ser aprobado por vía legislativa por Grecia. En este punto puede surgir un problema ya que el ministro griego de Finanzas, Euclid Tsakalotos, ha asegurado que la ley griega "no permite legislar contingencias". El político heleno también ha defendido que la reestructuración de la deuda es "crucial" para lanzar el mensaje al mercado y los ciudadanos de que "Grecia ha girado la esquina" de sus crisis.

Tsakalotos también ha apuntado que sigue habiendo una discrepancia entre los socios europeos y Grecia por un lado, y el FMI por otro. Los primeros creen que las medidas permitirán al país lograr un superávit primario del 3,5% en el 2018, mientras que el fondo calcula una cifra inferior. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha apuntado que las estimaciones europeas se basan en las cifras de Eurostat y ha recordado que la oficinas estadística ya ha revisado sus datos sobre Grecia en el pasado.