El cerco internacional se estrecha sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro. Los grandes países europeos -España, Francia, Alemania y el Reino Unido, a los que se han sumado Portugal y Holanda- le dieron ayer ocho días de plazo para que convoque elecciones o, de lo contrario, reconocerán como presidente al autoproclamado Juan Guaidó, que ya cuenta con el reconocimiento del dirigente estadounidense Donald Trump.

A las 12 del mediodía, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció en La Moncloa para dar a conocer el ultimátum, en una declaración en la que defendió además que Guaidó lidere la transición hacia unas elecciones «libres», como jefe de la Asamblea Nacional venezolana. Con esta decisión, recalcó Sánchez, no se busca «poner y quitar gobiernos», sino alcanzar la democracia desde unas «elecciones justas, libres y transparentes».

A esta posición «clara» anunciada por el jefe del Ejecutivo y al ultimátum se sumaron posteriormente Francia, Alemania, el Reino Unido, Holanda y Portugal. El presidente francés, Emmanuel Macron, lo hizo de forma casi inmediata tras la intervención de Sánchez . La oficina de la Alta Representante para política exterior de la UE, Federica Mogherini, emitió un comunicado pidiendo elecciones «en los próximos días», bajo la amenaza de reconocer a Guaidó en caso contrario.

Fuentes gubernamentales españolas aclararon que la decisión de reconocer a Guaidó «no tiene vuelta atrás» y que solo tiene la salvedad de los ocho días anunciados, un plazo «negociado con otros países». En su declaración en La Moncloa, el propio Sánchez aseguró que España lleva trabajando desde el pasado miércoles con «cautela, responsabilidad y firmeza» en la configuración de una respuesta europea, una postura «coherente» con la relación especial entre España y Venezuela.

«La UE reclama encarecidamente la celebración de elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles de acuerdo con los estándares democráticos internacionales y el orden constitucional venezolano», señala el texto de Mogherini, que fue objeto de una intensa negociación. «En ausencia de un anuncio para la organización de nuevas elecciones con las garantías necesarias en los próximos días, la UE tomara más acciones, incluyendo la cuestión del reconocimiento del liderazgo en el país en línea con artículo 233 de la Constitución venezolana», añade sin mencionar expresamente a Guaidó.

La declaración se hizo pública horas después de la comparecencia de Sánchez, que optó por no esperar a que Mogherini terminara de negociar el texto con los Veintiocho para anunciar el camino que tomarán Madrid y el resto de grandes capitales europeas si el régimen de Caracas no convoca comicios en los próximos días.

La resistencia de Italia, según fuentes diplomáticas, impidió reflejar la ambición que los grandes países querían imprimir al texto comunitario. En aras del consenso y la unidad -la UE solo puede adoptar posiciones comunes en materia de política exterior por unanimidad-, la solución fue incluir una formulación más ambigua -«en los próximos días»- y no mencionar explícitamente a Guaidó.

El texto se hace eco, en todo caso, de las «masivas manifestaciones» en Venezuela de los últimos días, respondidas por las autoridades con «una violencia indiscriminada» que ha causado «la trágica muerte de numerosas personas y muchos más heridos y detenidos». Y vuelve a recordar que las elecciones presidenciales del año pasado «no fueron libres, justas ni creíbles» y que «despojaron a Nicolás Maduro de legitimidad democrática».

En este sentido vuelven a subrayar su respaldo a la Asamblea Nacional porque es la institución democrática de Venezuela y cuyos poderes deben ser restablecidos y respetados, incluyendo las prerrogativas y protección de sus miembros.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido en Nueva York, el ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó el ultimátum europeo. «¿Europa dándonos ocho días de qué?, se preguntó, acusando a Estados Unidos de «estar a la vanguardia» del «golpe de estado».

El choque entre Estados Unidos y Rusia centró el debate sobre Venezuela en la ONU. Mientras, el representante ruso, Vassily Nebenzia, denunció que la situación creada por Guaidó es un «quebrantamiento del derecho internacional», el canciller estadounidense, Mike Pompeo, describió al Gobierno del sucesor de Hugo Chávez como un «estado mafioso e ilegítimo».

Según The Washington Examiner, la Casa Blanca estaría preparando un plan para ofrecer una salida airosa y segura a Maduro en caso de que acepte abandonar de forma pacífica el poder, una posibilidad que ahora se antoja muy remota. Maduro no solo mantiene el apoyo de la plana mayor del Ejército venezolano, sino que cuenta también con poderosos aliados internacionales, China y Rusia e Irán, entre ellos.