Ni la Comisión Europea ni la agencia para el control de las fronteras exteriores (Frontex) tienen de momento ninguna señal concreta que indique que el cierre de la ruta de los Balcanes occidentales ha provocado ya un desplazamiento de los flujos migratorios hacia rutas de entrada alternativas a través de Albania, Italia o España. Pero la preocupación de los gobiernos europeos, incluido el ministro español Jorge Fernández Díaz, ha quedado patente durante el Consejo de Ministros de Interior celebrado en Bruselas.

“Es necesario evitar que se cierren unas rutas y se abran otras porque eso no contribuiría a solucionar el problema, sino que lo trasladaría a otro sitio”, ha advertido Fernández Díaz durante un debate en el que han sido varias las delegaciones que han apuntado a la necesidad de mantenerse vigilantes. El político popular reconoce que si bien la presión por el Mediterráneo occidental y las islas Canarias está bajo control -llegaron 7.164 y 874 personas, respectivamente, en el 2015- podría haber un problema si no se presta la debida atención a Marruecos, cuyo Gobierno suspendió sus relaciones institucionales con la UE en febrero a raíz de la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia que anula el acuerdo agrícola por incluir en el ámbito de aplicación al Sáhara Occidental.

“Hay que ayudar a Grecia e Italia e implementar el acuerdo con Turquía, pero hay otros países que están cooperando para luchar contra la inmigración irregular y esos países no pueden sentirse agraviados en relación a ayudas y procedimientos que se establecen con otros países”, sostiene. “Las mafias que trafican con personas y se aprovechan de la situación [de los inmigrantes] son malas pero no tontas”, añade.

AUMENTO EXPONENCIAL

Según los últimos datos públicados este jueves por Frontex, durante el último trimestre del 2015 llegaron por la ruta del Mediterráneo occidental -a través de Ceuta, Melilla y Andalucía- 2.783 personas mientras que 496 lo hicieron por Canarias. Se trata de un aumento exponencial respecto a las cifras del mismo período del 2014 -1.341 y 84 respectivamente- pero nada que ver con las cifras registradas por Italia y Grecia. En el caso de la ruta del Mediterráneo central entre octubre y diciembre del 2015 llegaron 21.772 personas, un tercio menos que en el mismo período del 2014, mientras que 483.910 lo hicieron a través de Grecia -15.533 personas en el 2014- que registró un flujo circular a través de Albania de otras 2.116 personas.

En total, 466.783 personas -27.290 en el 2014- siguieron posteriormente a través de la denominada ruta de los Balcanes occidentales. Con esta vía cerrada son muchos los gobiernos que temen el resurgimiento de vías de paso alternativas, especialmente a través de Libia o Albania hacia Italia. “Todavía no tenemos evidencias, pero la lógica sugiere que se podrían abrir nuevas rutas”, aseguraba el ministro italiano Angelino Alfano. No ha sido el único que ha evocado los riesgos del cierre de una ruta. También Finlandia, Alemania o Bélgica han alertado de los riesgos. “Es necesario estabilizar Libia. Por el momento, el flujo a través de Lampedusa es bajo, pero podría cambiar con la llegada del verano”, opina el belgaTheo Francken. La presidencia de la UE, que ostenta este semestre Holanda, asegura que se mantendrá muy vigilante. “Tenemos que estar muy alerta”, advierte el ministro holandés Klaas Dijhoff en nombre de la presidencia semestral de la UE.