"Es cuestión de tiempo: vamos a recuperar la democracia y vamos a volver al Gobierno". El ex presidente Evo Morales lanzó la promesa durante un multitudinario acto que se realizó en Buenos Aires para celebrar el Día del Estado Plurinacional de Bolivia. Un 22 de enero de 2006, Morales asumió como el primer mandatario indígena de ese país. Catorce años más tarde, y a dos meses del golpe de Estado que lo obligó a dimitir, inició en los hechos la campaña electoral con la que el Movimiento al Socialismo (MAS), su partido, buscará a principios de mayo llegar al poder. Morales esta vez no será candidato. Ese lugar lo ocupará quien fue su timonel en la economía, Luis Arce.

El ex mandatario se encuentra en Argentina en calidad de refugiado político desde el 12 de diciembre. En este país viven una importante comunidad boliviana que en la noche del miércoles pobló el estadio de Deportivo Español para escuchar a Morales.

"Es una enorme alegría estar acá para festejar catorce años de nuestra revolución democrática cultural", señaló. Morales insitió haber ganado los comicios de octubre pese a las denuncias de irrgularidades. "El golpe fue promovido por la derecha y el imperio norteamericano. Ahora que me expulsaron y no quieren que vuelva a Bolivia, quiero decirles que voy a seguir haciendo política para derrotarlos", afirmó.

Durante el mitin, el ex dirigente sindical llamó a apoyar en las urnas al su partido. Morales auguró que Arce triunfará con el 79 % de los votos. "Vamos a ganar nuevamente el 3 de mayo para seguir con nuestro proceso de cambio y para seguir demostrando que los movimientos sociales sabemos gobernar". Las encuestas le otorgan el primer lugar al ex ministro de Economía pero es muy probable que las fuerzas de derecha y centro se unan en una segunda vuelta para evitar el retorno del MAS al poder.

"Gracias a la lucha del pueblo boliviano dejamos el Estado colonial y ahora tenemos el Estado plurinacional, algo único en el mundo, donde todos tenemos los mismos derechos", remarcó.

Sus logros en el Gobierno

Morales destacó la nacionalización de los hidrocarburos en 2006 permitió incrementar la renta petrolera boliviana y el PIB. También reivindicó otras nacionalizaciones que contribuyeron a combatir la pobreza y la indigencia y lograr que unos tres millones de bolivianos pasaran a integrar la clase media.

Morales denunció que Bolivia, gobernada interinamente por la senadora Jeanine Añez, está sometida a la violencia de la derecha "fascista" y "racista" que solo promueve la venganza. "Ahora la gente engañada se da cuenta cómo se vive con una dictadura. No importa. Estamos convencidos que vamos a continuar con nuestra gran lucha democrática", sostuvo.

Una nueva Venezuela

Según el diario cruceño El Deber, es casi seguro que Añez intentará validar en los próximos comicios su condición de presidenta. En La Paz, ella también le habló a los bolivianos al mismo momento que Morales en Buenos Aires. La senadora que se autoproclamó al frente del Ejecutivo en medio de la crisis de noviembre aseguró que Bolivia se libró de la posibilidad de "convertirse en otra Venezuela". No ha sido fácil, pero lo hemos logrado, dijo frente a su equipo de moinistros y arropada por jefes militares y policías en indumentaria de campaña.

Según la senadora, en noviembre el país se encontraba en un estado de convulsión muy grande". Bajo esas circunstancias, y después de que el alto mando castrense le "recomendara" a Morales que dimita, ella, evangelista devota, supo que había llegado su hora. "Me encomendé a Dios y para que me iluminara, dijo y negó que en Bolivia se hubiera llevado a cabo un golpe de Estado. También defendió la intervención de los uniformados en los asuntos políticos internos con un costo de unos 30 muertos. "Se produjeron actos que solo pueden calificarse de terrorismo".