El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció anoche su dimisión tras las peticiones en ese sentido de las Fuerzas Armadas de Bolivia y la Policía Boliviana, en un vídeo grabado desde algún lugar del país y que han emitido las televisiones. El gobernante llevaba 14 años en el poder y abandona tras las irregularidades detectadas en los últimos comicios, que le dieron un cuarto mandato.

El Ejército y la Policía pidieron ayer al presidente del país, Evo Morales, que renuncie a su cargo para pacificar el país, sumido en una crisis desde las elecciones generales del pasado 20 de octubre.

El comandante en jefe de la institución militar, Williams Kaliman, y el comandante de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, leyeron por separado sendos comunicados, en el que el segundo pidió la renuncia de Morales para «pacificar el país».

«Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia», indica la nota que fue leída por Kaliman. Los militares también pidieron «al pueblo boliviano y sectores movilizados deponer las actitudes de violencia, desorden entre hermanos, para no manchar con sangre, dolor y luto a nuestras familias».

En un vídeo difundido por la Policía Boliviana, Calderón también leyó un comunicado en el que expresó que la institución se suma «al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales, que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia en estos duros momentos que atraviesa nuestra nación». El jefe policial dio este mensaje «al pueblo de Bolivia» y a sus «camaradas que están movilizados» desde el sábado en la unidad antimotines cerca de la plaza Murillo, sede de los palacios de Gobierno y Legislativo.

Horas antes de pronunciarse en este sentido, los militares anunciaron operaciones aéreas y terrestres contra grupos armados, tras producirse varios ataques a caravanas de autobuses con detractores del presidente Morales.

Al menos tres personas han fallecido y 421 han resultado heridas desde entonces en enfrentamientos ente partidarios y detractores del mandatario, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

También el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Víctor Borda, renunciaron a sus cargos, como hizo antes el titular de Minería, después de que grupos violentos quemaran sus casas y agredieran a sus familiares.

La presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, María Eugenia Choque Quispe, presentó su renuncia «irrevocable» para someterse a «cualquier investigación», tras un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señala «presuntos hechos irregulares» en las elecciones del 20 de octubre.

EEUU apoyó el llamamiento a nuevos comicios presidenciales en Bolivia tras el informe de la OEA. El secretario de Estado, Mike Pompeo, señaló que con el fin de «restaurar la credibilidad del proceso electoral, todos los funcionarios del Gobierno y los funcionarios de cualquier organización política implicada en las elecciones defectuosas del 20 de octubre deben hacerse a un lado del proceso electoral». El jefe de la diplomacia estadounidense llamó igualmente a los diferentes actores a abstenerse de la violencia «durante este tiempo tenso» y aseguró que continuarán trabajando con sus socios internacionales «para asegurar que perdure la democracia».