El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció ayer la repetición de las elecciones en Bolivia poco después de que la Organización de Estados Americanos (OEA), encargada de efectuar una auditoría del resultado de los comicios que le dieron la victoria, constató una manipulación informática en el recuento de los votos. Morales había asegurado que acataría el veredicto de esa comisión.

«En virtud de la gravedad de las denuncias y análisis respecto al proceso electoral que me ha trasladado el equipo de auditores nos cabe manifestar que la primera ronda de las elecciones celebrada el 20 de octubre pasado debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente», dijo con rostro adusto y rodeado de dirigentes sociales.

El mandatario ha acelerado su convocatoria a nuevos comicios para desactivar el conflicto político que ha partido en dos a la sociedad desde el momento en que la oposición denunció un fraude en las urnas. «Después de esta decisión que tomamos, quiero pedir bajar toda la tensión. Tenemos la obligación de pacificar Bolivia. Hago una convocatoria: respeto entre familia, respeto a la propiedad privada, respeto a las autoridades, respeto a todos los sectores sociales. Todo lo que tenemos en Bolivia es el patrimonio boliviano y entre bolivianos no podemos estar enfrentados para hacer daño».

El pueblo, añadió, debe «elegir democráticamente a sus nuevas autoridades». Y se refirió a la necesidad de incorporar «nuevos actores políticos», frase que causó desconcierto, ante la posibilidad de que no vuelva a presentar su candidatura. La fecha de la contienda aún se desconoce. Morales también aceptó la recomendación de la OEA de «renovar a todos los vocales del Tribunal Supremo Electoral».

Carlos Mesa, quien fuera el 20 de octubre su principal contendiente, consideró que Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, no deberían ser de nuevo candidatos. «Si le queda un ápice de patriotismo, debería dar un paso al costado», dijo.