La justicia francesa inició ayer el juicio contra el exprimer ministro francés y candidato de la derecha a las elecciones presidenciales del 2017 François Fillon por el presunto desvío de fondos públicos mediante la creación de empleos ficticios. Junto a Fillon comparecieron también su esposa, Penelope, y Marc Joulaud, el diputado al que el político conservador cedió su circunscripción cuando se convirtió en el ministro de Asuntos Sociales de Jacques Chirac y más tarde en senador, y que mantuvo en el puesto a la mujer de aquel.

Esta primera audiencia apenas duró un cuarto de hora, tiempo en el que los letrados reclamaron el aplazamiento y los jueces se retiraron a deliberar. Tanto Fillon como su esposa están imputados principalmente por malversación de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales, mientras que a Joulaud se le atribuye el cargo de malversación de fondos públicos.

El vía crucis judicial, mediático y político de Fillon, que fue jefe de Gobierno de Nicolas Sarkozy entre el 2007 y el 2012, comenzó cuando en enero del 2017 el semanario satírico Le Canard Enchaîné reveló que Penelope y dos de sus cinco hijos habían estado contratados con fondos públicos como asistentes parlamentarios sin ejercer esas funciones.

La Asamblea Nacional, personada como acusación particular, les reclama algo más de un millón de euros, mientras que los cargos a los que se enfrentan pueden acarrearles penas de hasta 10 años de cárcel, inhabilitación y unos 150.000 euros de multa.

La investigación considera que no hay ningún rastro ni testimonio de que la esposa ejerciera una actividad real como asistente de Fillon entre 1998 y el 2002 y entre el 2012 y el 2013, y a las órdenes de Joulaud entre el 2002 y el 2007. Hasta la publicación del escándalo, el político, imputado en marzo del 2017, era el favorito en los comicios presidenciales de mayo de ese año. Aunque siguió adelante con la carrera electoral, quedó eliminado en la primera vuelta con un tercer puesto superado por la ultraderechista Marine Le Pen y por el liberal Emmanuel Macron. Fillon, que llegó a tachar de «asesinato político» el proceso en su contra, decidió retirarse de la vida política y trabaja en la banca privada