A pesar de los más de treinta años de paz, los recuerdos de los años de plomo están aún muy presentes en Irlanda del Norte, sobre todo de los atentados más duros, como el ocurrido la noche del 23 de Octubre de 1990. Ese día varios encapuchados del IRA irrumpieron pistola en mano en casa de la familia Gillespie, en Derry, y obligaron al padre de familia, Patrick Gillespie, a conducir un camión bomba al puesto fronterizo de Coshquin, entonces en manosdel Ejército británico, que dividía Irlanda del Norte de la República de Irlanda.

Mientras el resto de la familia permaneció recluida en casa, tomados como rehenes, Patrick Gillespie condujo la carga explosiva hacia el puesto fronterizo. Cuando llegó, el artefacto fue detonado por control remoto por alguien que esperaba escondido en el perímetro. El atentado mató a cinco soldados británicos y al propio Patrick Gillespie, además de dejar 27 heridos, provocar desperfectos en las casas colindantes y dejar un cráter de dos metros de profundidad.

Por entonces, Sean McLaughlin era un joven periodista. Recuerda como la explosión lo despertó. Eran las 4 de la madrugada y trató de volver a dormir: «Al principio no pensé que fuera para tanto, puesto que aquí en Derry las bombas eran muy comunes». Sólo después de que el sonido de las sirenas de ambulancias, bomberos y fuerzas del orden ahogara la noche, se dio cuenta de que no era un atentado normal.

La matanza causó una gran consternación. El entonces obispo de la ciudad, Edward Daly, lo calificó de «acción monstruosa, cínica, cruda y horrible», que marcaba un nuevo punto de bajeza moral en las acciones del IRA «por usar la vida de terceros para perpetrar sus viles ataques».

El atentado de Coshquin fue uno de los peores que se recuerdan contra puestos fronterizos, pero durante los 30 años de troubles, como se conocen aquí los años de violencia sectaria, la frontera fue un escenario común del conflicto, por eso el temor a una nueva frontera.

La firma de los acuerdos de paz del Viernes Santo en 1998 supuso la retirada de cualquier traba al tránsito de bienes y personas, normalizando la relación entre los dos territorios.

Se estima que cada mes cruzan a través de los 208 pasos fronterizos que hay a lo largo de los 500 kilómetros de frontera compartida alrededor de 1.200.000 vehículos, entre camiones, furgonetas y coches.

Si bien los principales grupos paramilitares entregaron las armas en el marco de los acuerdos de paz, durante los últimos años han surgido grupúsculos en el lado republicano. El más conocido es el Nuevo IRA, que aboga por la vía armada para conseguir la reunificación de Irlanda. Fueron ellos los que perpetraron el homicidio de la periodista Lyra McKee, mientras cubría un enfrentamiento entre la policía y miembros del Nuevo IRA.