La radicalización de miles de jóvenes franceses, muchos de los cuales acaban implicándose en sangrientos atentados como los que sacudieron París en noviembre del 2015, ha llevado al Gobierno francés a redoblar esfuerzos para prevenir la deriva de quienes se dejan embaucar por las redes yihadistas.

El primer ministro francés, Manuel Valls, ha presentado este lunes un plan de acción contra la radicalización y el terrorismo que contempla 80 medidas concretas, 50 de ellas de nuevo cuño, entre las que figura la creación de centros de reinserción para personas radicalizadas o susceptibles de caer en brazos del yihadismo.

El primero de estos centros, con capacidad para unas 30 personas, se abrirá este verano en Beaumont en Véron, en el Valle del Loira, en el centro del país. Los jóvenes encajarán en dos tipos de perfiles: el de quienes son objeto de seguimiento policial pero no han sido condenados y el de aquellos que se han adherido a las tesis radicales. Allí seguirán un programa pedagógico con un equipo multidisciplinar formado por asociaciones locales. Su ingreso será voluntario.

El objetivo es que, en los próximos dos años, las 13 regiones francesas tengan un establecimiento de este tipo. Algunos de ellos se diseñarán para acoger a jóvenes fuertemente radicalizados, los que tienen antecedentes penales o han regresado de Siria o Irak.

Según las cifras aportadas por el primer ministro, en la actualidad hay 1.600 jóvenes y 800 familias afectadas por el fenómeno de la radicalización que están siendo atendidas en las células de seguimiento de las delegaciones del Gobierno de cada departamento, en las que colaboran policías, profesores y trabajadores sociales. Con el plan presentado este lunes, el Ejecutivo quiere duplicar su capacidad de actuación.

Además, cerca de 9.300 personas están catalogadas de “radicalismo violento” de las cuales el 30% son mujeres y el 20% menores. Mientras, se calcula hay unos 1.500 radicales entre los 66.000 detenidos en las cárceles francesas.

5.000 COMBATIENTES EUROPEOS

En Francia, dos tercios de los individuos radicalizados tienen menos de 25 años, el 40% son mujeres y uno de cada cuatro que han viajado a Siria se ha convertido al Islam “remozado y tosco que circula por las redes sociales”, en palabras de Valls. Aunque no se libra ninguna clase social, región ni zona urbana o rural, los barrios pobres son un buen caldo de cultivo para los reclutadores.

“La radicalización y el reclutamiento golpean en todos lados. En todos lados, individuos más o menos frágiles -porque hay una mezcla de pérdida de sentido, de frustración, de déficit de sentimiento de pertenencia- se convierten en presas fáciles de las técnicas de propaganda más sofisticadas”, ha señalado Valls.“La lucha contra el yihadismo es el gran desafío de nuestra generación”, ha continuado.

El primer ministro ha cifrado en 12.000 el número de combatientes extranjeros en las filas del autodenominado Estado Islámico, la mitad procedentes de los países de Oriente Próximo y el Magreb. Unos 4.000 son rusófonos originarios del Cáucaso y Asia Central y 5.000 son europeos. La mayoría están en la zona del conflicto sirio, de ellos 627 son franceses, el mayor contingente de los combatientes europeos.

Además, se han enrolado en las redes yihadistas unos mil franceses, de los cuales 244 han regresado a Francia. Otros mil han mostrado su intención de viajar a Siria o Irak. Desde el 2013, los servicios de seguridad galos han abortado 15 atentados, seis de ellos proyectados por individuos que volvieron de la zona controlada por Daesh.

CONTROL DE CLUBES DEPORTIVOS

En el catálogo gubernamental antiyihad hay también medidas de control en el ámbito de la educación a domicilio, los clubes deportivos en los que se defiende algún tipo de confesión religiosa y del personal que trabaja en sectores sensibles, como los transportes públicos.

Para detectar el movimiento de terroristas, Francia pondrá paulatinamente en marcha su propio registro de pasajeros aéreos (PNR, por sus siglas en inglés) a partir de este verano, convirtiéndose en el primer país comunitario que lo haga tras su reciente aprobación en el Parlamento Europeo. En total se destinarán 40 millones de euros de aquí al 2018 para financiar las nuevas disposiciones.

“Proteger a la población es prepararla para una amenaza que, no tenemos ninguna duda, golpeará de nuevo. Hemos entrado en una nueva época, la era del híper-terrorismo”, ha resumido el primer ministro.

LAS CIFRAS

- 9.300 personas están consideradas como "radicales violentos"

- El 40% de los jóvenes radicalizados son mujeres

- 627 franceses forman parte del contingente de combatientes extranjeros del Estado Islámico