Francia está en condiciones de iniciar la fase de desconfinamiento este lunes, 11 de mayo, en todo el territorio, pero mantendrá algunas restricciones en los departamentos con datos epidemiológicos peores de lo esperado. El primer ministro francés, Edouard Philippe, detalló ayer junto a los titulares de Sanidad, Interior, Trabajo y Economía el plan de desescalada que marca una nueva etapa y permite reanudar cierta actividad económica.

Casi el 90% de las localidades preparan el regreso a las aulas de un millón de alumnos de infantil y primaria y 130.000 profesores, a pesar de que cumplir el estricto protocolo sanitario supone un quebradero de cabeza para los responsables docentes. Junto con los colegios abrirán los comercios. Unas 400.000 empresas que dan trabajo a 875.000 empleados, entre ellas las peluquerías. También podrán abrir centros de formación. Bares, restaurantes, salas de cine, teatro y música tendrán que esperar a finales de mes para saber cuándo y en qué condiciones reabrirán.

A partir del lunes ya no será necesario llevar un certificado del Ministerio del Interior para salir a la calle y los franceses podrán moverse en un radio de 100 kilómetros. Las fronteras seguirán cerradas hasta nueva orden. Los transportes públicos aumentarán su oferta el menos en un 50% y los usuarios mayores de 11 años deberán llevar mascarilla obligatoriamente. El ministro de Sanidad, Olivier Véran, garantizó que se podrán generalizar los test a razón de 700.000 semanales. Las visitas a las residencias de ancianos se permiten pero con cautela, al tiempo que anunció una prima de al menos 1.000 euros para su personal, similar a la que ya anunció para los sanitarios.

ZONAS ROJAS Y VERDES / Philippe indicó que en tres semanas se sabrá si se ha logrado contener la epidemia y que el Gobierno será pragmático y adaptará su plan a la situación sobre el terreno. Si las cifras son buenas, se entrará en otra fase. El Ejecutivo francés ha pedido a los ciudadanos sentido de la responsabilidad para no bajar la guardia.

El coronavirus divide el mapa francés claramente en dos. Una zona roja que tiñe el cuadrante noreste, donde el virus circula activamente o los hospitales siguen saturados, y el resto en verde, donde los contagios se ha frenado. En rojo están la lsla de Francia (región de París) Altos de Francia, Borgoña Franco Condado y Gran Este. Allí seguirán cerrados institutos, parques y jardines.