La Navidad llegó con un regalo amargo -aunque no sorprendente- para muchos peruanos: el autócrata Alberto Fujimori fue indultado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski. La condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad perpetrados en los años 90 ha quedado en el aire. La noticia ha provocado gran malestar en Lima, con disturbios incluidos. Fujimori, de 79 años, ingresó el sábado en una clínica privada por un cuadro de «hipotensión» y «arritmia».

El perdón otorgado por Kuczynski se veía venir, después de que un sector del fujimorismo evitara en el Congreso su destitución cuando otro sector mayoritario del mismo partido intentó desplazarlo por «incapacidad moral». Ha sido precisamente Kenji Fujimori, hijo del dictador, quien se ha opuesto a su hermana Keiko para frenar la caída de Kuczynski, acusado de haber recibido dinero de la constructora brasileña Odebrecht. Semejante acto dista de tener fundamentos éticos o jurídicos. «Quiero agradecer en nombre de la familia Fujimori al presidente Pedro Pablo Kuczynski por el noble y magnánimo gesto de brindarle el indulto humanitario a mi padre. Estamos eternamente agradecidos con Ud. Presidente. Dios lo ilumine», aseguró Kenji el domingo. En el 2016, el actual presidente peruano era un férreo opositor a facilitar su salida de la cárcel.

Keiko, su hija mayor y dos veces candidata presidencial en nombre del padre, también celebró su vuelta a casa. «Hoy es un gran día para mi familia!».

Mientras, la excandidata presidencial, Verónika Mendoza, consideró que el presidente, al abandonar su postura que, entre otras cosas, le permitió captar el voto antifujimorista en la segunda vuelta electoral que lo llevó al Gobierno, cometió «una vil traición a la patria». El viraje de Kuczynski ha tenido un precio, según Mendoza: «A cambio de salvar su pellejo, ha negociado con el fujimorismo un indulto infame al corrupto y asesino».

Mauricio Mulder, congresista del Partido Aprista, hizo el mismo diagnóstico. «Rechazo que haya sido negociado una mutua impunidad entre el señor Alberto Fujimori y el señor Pedro Pablo Kuczynski. Han pactado para liberarse de acusaciones». Marco Arana, del Frente Amplio, habló de un «acto de felonía». Varios legisladores de Peruanos por el Kambio, el partido oficial, decidieron por su parte darle la espalda al presidente. «Lamento sinceramente la decisión tomada. El martes -por hoy- formalizaré mi renuncia a la bancada», anunció Alberto de Belaunde y otros de inmediato siguieron su camino.