La pandemia de coronavirus continúa marcando el ritmo de la vida de los franceses. Este miércoles, los jóvenes protagonizaron una jornada de movilización para “defender las condiciones de vida y de estudio de los estudiantes”, degradadas en los últimos meses por la crisis sanitaria. Al mismo tiempo, otro sector especialmente vilipendiado por la epidemia recibía una mala noticia: las estaciones de esquí no podrán abrir el próximo 1 de febrero, fecha clave para el sector del turismo.

Mientras los colegios continúan abiertos, las clases preparatorias para acceder a las “grandes escuelas” francesas, así como las formaciones técnicas superiores y universitarias se imparten desde hace más de dos meses a distancia. Una realidad que se traduce en estudiantes cada vez más precarios y más desmoralizados.

"Me hizo reaccionar ver que hay estudiantes que quieren suicidarse. Por primera vez en mi vida, yo mismo pensé en mi propia muerte hace unas semanas”, confesó un estudiante de segundo año de Filosofía de la universidad parisina la Sorbonne a la agencia AFP, insistiendo sobre el “aislamiento excesivo” impuesto en el entorno universitario.

“Presencial, producto esencial”, “Política incompetente, juventud agonizando”, mensajes como estos podían leerse en las pancartas de los jóvenes manifestantes que reclaman sus clases presenciales. La pasada semana, el primer ministro, Jean Castex, anunció que los estudiantes de primer año universitario podrían, a partir del próximo 25 de enero, retomar los trabajos presenciales en semigrupos. Una medida que sólo se ampliará a estudiantes de otros niveles “si la situación sanitaria lo permite”. A la vista de la evolución de la curva de contagios, con más de 23.000 nuevos positivos en las últimas 24 horas, su aplicación parece poco probable.

"Temporada negra"

Esta misma cifra es también responsable de un nuevo batacazo para el sector del turismo. “No habrá reapertura de las estaciones de esquí el 1 de febrero, y la perspectiva de una reapertura a mediados o finales de febrero parece altamente improbable”, anunció Jean-Baptiste Lemoyne, secretario de Estado del Turismo, tras la celebración de un nuevo Consejo de Defensa reservado a la crisis sanitaria.

“Si nos perdemos las vacaciones de febrero [del 6 de febrero al 7 de marzo], será una temporada negra”, advirtió horas antes Jean-Luc Boch, presidente de la Asociación Nacional de Alcaldes de Estaciones de Montaña (ANMSM). Sin duda, el cierre total de las estaciones de esquí francesas durante toda la temporada invernal pasará factura a su economía, una víctima colateral más de la pandemia de covid-19.