Para desbloquear un conflicto que arrancó el 5 de diciembre con movilizaciones en las calles y paros en el transporte, el Gobierno francés ha dado un paso atrás en una de las medidas más polémicas del proyecto de reforma de las pensiones. El primer ministro, Edouard Philippe, está dispuesto a aparcar momentáneamente la llamada «edad pivote o de equilibrio» -que implica situar la edad de jubilación en los 64 años para cobrar el 100% de la pensión- si los sindicatos acuerdan un método para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.

La CFDT, sindicato mayoritario y reformista y principal aliado del Gobierno, saludó el anuncio y se mostró dispuesto a proseguir las negociaciones. Al contrario que otras centrales, como la CGT o Fuerza Obrera, la CFDT no se oponía a fundir los 42 regímenes actuales de jubilación en un sistema universal por puntos, pero era abiertamente hostil a incluir en la reforma una medida presupuestaria como la que ha defendido con uñas y dientes el primer ministro. El gesto de Philippe va dirigido a la CFDT para salir del impás.

Philippe elimina provisionalmente la edad pivote pero no renuncia a lograr el equilibrio financiero de la Seguridad Social en el 2027.