Perfil bajo y ambigüedad calculada. Con estas cuatro palabras se puede definir la reacción del liderazgo ucraniano de Volodímir Zelenski a la tormenta política desencadenada en Washington a raíz de las presiones telefónicas del líder de la Casa Blanca, Donald Trump, para que investigue a Joe Biden, su principal rival en la carrera presidencial. Periodistas y analistas en Kiev alertan de los enormes riesgos que conlleva para el país eslavo hallarse en el centro de una controversia política de tanto calado. «La única persona que me puede presionar es mi hijo, que tiene 6 años», se apresuró a puntualizar, con una pizca de humor, el presidente ucraniano.

Pero la posibilidad de que la controversia ponga en cuestión los apoyos internacionales que Ucrania necesita para afrontar una guerra azuzada desde Rusia, el poderoso vecino del este, está muy presente. «Creo que las consecuencias pueden ser muy negativas porque la publicación de la transcripción de la conversación puede irritar a los demócratas ya que Zelenski suena como dispuesto a dar luz verde a la investigación del caso Biden, lo que significaría que es un caso político, e irritar a los europeos porque Zelenski parece que está de acuerdo con Trump cuando dice que no están haciendo lo suficiente en favor de Ucrania», explica desde Kiev Volodímir Yermolenko, director de UkraineWorld.com.

De hecho, algunas voces europeas de peso como la del exministro sueco de Exteriores Carl Bildt, que en el 2015 pasó a formar parte del denominado Consejo Consultivo Internacional Ucraniano sobre las Reformas, criticaron la actuación de Zelenski en cuanto se difundió la transcripción. «No creo que Zelenski haya hecho ningún favor a su país jugando con los peores instintos de Trump y hablando mal de lo que Europa ha hecho por su país; parece que ignora los datos», escribió Bildt en Twitter. Algunos portavoces europeos han expresado en voz baja su irritación con el jefe del Estado ucraniano.