El Gobierno ruso ha admitido este domingo la muerte de los 26 mineros atrapados en una mina de carbón en el norte del país, donde otros seis operarios perdieron la vida esta madrugada en una fallida operación de rescate.

"Hay muchos muertos. No hay esperanza de que las 26 personas que se encuentran en la mina estén vivas. Se puede decir, que las víctimas mortales ascienden a 36", dijo Arkadi Dvorkovich, viceprimer ministro ruso, a la prensa local.

Además de los 26 mineros atrapados bajo tierra y de los seis operarios de los servicios de emergencias, otros cuatro trabajadores ya habían muerto desde que tuvo lugar el accidente este jueves.

"Estamos ante una grave catástrofe para Rusia y para nuestro sector del carbón", subrayó Dvorkovich.

Previamente, el ministro para Situaciones de Emergencia, Vladímir Puchkov, ya informó de que "los datos muestran que en la zona subterránea donde se encontraban los 26 mineros hay altas temperaturas y no hay oxígeno".

Agregó que "el epicentro de la última explosión de gas metano tuvo lugar precisamente en el sector" donde se encontraban bloqueados los mineros desde el jueves en la mina "Sévernaya" de la ciudad de Vorkutá, república de Komi.

Según la dirección de la compañía Vorkutaúgol, propietaria de la mina, debido a las explosiones ocurridas, a los derrumbes y a los incendios en la mina "no hay nadie con vida".

Además, subrayó que, de todas formas, en estos momentos es imposible proseguir las labores de rescate, ya que sería muy peligroso, debido a la posibilidad de que se produzcan nuevas explosiones.

Los seis operarios que participaban en las labores de rescate perdieron la vida debido a la tercera explosión de grisú ocurrida esta madrugada en la explotación minera, que está situada dentro del círculo polar ártico.

80 RESCATADOS

En total, según fuentes oficiales, en el momento del accidente 110 mineros se encontraban bajo tierra, de los que 80 fueron rescatados con vida.

Aunque el Gobierno llamó a no precipitarse a la hora de sacar conclusiones, las versiones preliminares apuntan a que no se trató ni de un problema técnico ni de un fallo humano.

Tras el accidente Dvorkóvich destacó que la mina "Sévernaya" "había sido catalogada como peligrosa por su contenido de metano", pero matizó que la compañía no violó los reglamentos de explotación.