Golpe de efecto en la política germana y al cordón sanitario a la ultraderecha en Alemania. El Parlamento regional de Turingia eligió ayer por sorpresa a Thomas Kemmerich primer ministro del Estado federado. El político de los liberal-conservadores del FDP, que obtuvo el 5% de los votos en las elecciones regionales de octubre, contó con el apoyo de los diputados de la CDU (partido de Angela Merkel), de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) y de su propia formación.

Es la primera vez que los conservadores de la CDU y los ultras de AfD votan conjuntamente a favor de un candidato a presidir un estado federado, lo que supone una clara ruptura de las líneas rojas establecidas por los partidos tradicionales, o como se dice en alemán, un Tabubruch (la ruptura de un tabú).

El favorito para convertirse en primer ministro de Turingia era Bodo Ramelow, líder de La Izquierda en Turingia y hasta hace tan solo pocas horas jefe de gobierno del estado federado germano-oriental. Ramelow ganó las últimas elecciones regionales con el 31% de los votos, un resultado insuficiente para gobernar en solitario. Los comicios de Turingia dejaron un Parlamento muy fragmentado (seis fracciones), lo que ha complicado muchísimo la aritmética parlamentaria para formar gobierno.

Pese a no contar con la mayoría suficiente, Ramelow presentó ayer su candidatura para mantenerse como jefe de gobierno en Turingia. Su partido incluso había firmado un pacto de coalición con los socialdemócratas del SPD y Los Verdes con la esperanza de que la CDU o el FDP se abstuviera en la votación y poder así formar un gobierno en minoría.

El líder de La Izquierda no consiguió los apoyos suficientes ni en la primera ni en la segunda votación. En la tercera, cuando se esperaba que Ramelow lo consiguiera, saltó la sorpresa: la Cámara elegía al candidato del FDP, Thomas Kemmerich, cuyo partido alcanzó a duras penas el 5% de los votos en las últimas elecciones, la barrera electoral que permite acceder al Parlamento regional.

Kemmerich obtuvo 45 votos frente a los 44 de Bodo Ramelow. La sorpresa en el Parlamento de Turingia fue tan mayúscula que hasta el ganador parecía fuera de juego. Es la primera vez en la historia de la República Federal que un primer ministro es elegido con los votos de un partido ultraderechista como AfD, que en Turingia está encabezado además por Björn Höcke, el líder del ala más radical del partido ultra.