Un policía muerto y más de 110 manifestantes han resultado heridas, una de treinta han requerido hospitalización, durante las protestas en el centro de Beirut contra el Gobierno y la clase dirigente del Líbano. La policía antidisturbios ha lanzado gases lacrimógenos contra los manifestantes que han intentado atravesar una barrera para llegar al edificio del Parlamento y se han escuchado disparos a medida que crecían las protestas por la devastadora explosión de esta semana en la ciudad.

Un grupo de manifestantes, liderado por oficiales retirados del ejército libanés, han tomado por asalto el Ministerio de Relaciones Exteriores en Beirut y lo declararon "la sede central de la revolución", informa la agencia Afp. El asalto, retransmitido en directo por las televisiones locales, se ha producido mientras las fuerzas de seguridad se concentraban en mantener el orden entre los miles de libaneses concentrados para pedir explicaciones por la explosión del martes en el puerto de Beirut. El último balance oficial de víctimas es de 158 muertos, más de 6.000 heridos y 21 personas desaparecidas.

"Ciudad si armas"

"Hemos tomado el ministerio de Relaciones Exteriores como sede central de la revolución", ha anunciado el general retirado Sami Rammah en un comunicado, desde la elegante escalinata del ministerio y ante unas 200 personas que gritaban "revolución". Los manifestantes desenrollaron dos enormes pancartas rojas en la entrada del edificio, dañada por la deflagración. En una de ellas se podía leer "Beirut, capital de la revolución" y en la otra "Beirut, ciudad sin armas".

Ramah exhortó a "los países árabes hermanos, todos los países amigos, la Liga Árabe y la ONU a considerar nuestra revolución como la verdadera representante del pueblo libanés".

Las protestas en la capital libanesa se producen en víspera de que se celebre este domingo en París una videoconferencia de donantes en apoyo a Líbano, coorganizada por la ONU y Francia.