La gran batalla en Venezuela se va a librar en los puntos fronterizos donde EEUU, Canadá y sus aliados de América Latina tienen previsto concentrar una gran flota de camiones cargados de medicamentos y alimentos destinados a la población venezolana. El presidente Nicolás Maduro reiteró su intención de no permitir la entrada de esta ayuda humanitaria por considerar que es el primer paso a una intervención militar. «Aquí a Venezuela no va a entrar nadie. Ni un solo soldado invasor», dijo. «Nos quieren enviar dos camiones pequeños con cuatro cosas. Venezuela no tiene que pedir limosna. Si quieren ayudar, que terminen con el bloqueo y las sanciones», agregó.

Mientras tanto, el autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó, reconocido jefe del Estado venezolano por EEUU y gran parte de los países europeos, debatió ayer en la Asamblea Nacional (AN), dominada por la oposición, cómo coordinar el ingreso al país de los suministros. «La ayuda humanitaria no es una limosna. Es una necesidad urgente en nuestro país, de cientos de miles de venezolanos que no tienen alimentos, ni medicinas», respondió Guaidó a Maduro al tiempo que reiteró el llamamiento para que los militares que resguardan las fronteras no acaten las órdenes de Maduro y permitan entrar los camiones. Un auténtico desafío para Maduro que de momento mantiene unida a la cúpula militar.

Miguel Pizarro, presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Ayuda Humanitaria de la AN, dijo que el Parlamento no hará entregas directas a los necesitados sino que coordinará el traspaso de las donaciones hechas por gobiernos y empresas a las organizaciones no gubernamentales que serán las que asignen las ayudas a las poblaciones vulnerables. Pizarro aseguró que existen militares y directores de hospitales que no están de acuerdo con la decisión de Maduro de no permitir el ingreso de alimentos y medicinas que escasean en el país por considerarlo una «humillación». El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, dijo ayer que el Gobierno colaborará con los países americanos para que llegue la ayuda humanitaria. El propio Guaidó reveló el pasado fin de semana que la ayuda se concentrará en tres puntos: la ciudad colombiana de Cúcuta, vecina de la venezolana San Cristóbal; en un punto de la frontera que comparte Venezuela con Brasil; y en una isla caribeña. El diario de Cúcuta La Opinión informó ayer de que el lunes por la noche salió de Bogotá destino a la frontera un convoy de camiones con 60 toneladas de ayuda humanitaria.

La Comisión Europea anunció ayer que abrirá en Caracas, en el mismo edificio donde se encuentre la representación diplomática, una oficina de ayuda humanitaria e informó de que va a ampliar en 5 millones de euros la asistencia humanitaria para ayudar a los venezolanos más necesitados. Canadá, por su lado, ha prometido una ayuda de 35 millones de dólares, mientras que EEUU contribuirá con otros 17,3 millones de euros.

BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS / Por otro lado, Rusia expresó ayer su preocupación por la situación creada en el país caribeño. «Valoramos como alarmante la situación, resultado de una burda violación del principio de no injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano», dijo el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. El diplomático ruso lamentó que los países europeos ignoren el interés de Rusia y de China para participar en la búsqueda de alternativas para ayudar a las partes enfrentadas a llegar a un acuerdo. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a la UE de querer «derribar el Gobierno» de Venezuela.