De los tres centenares de militares soviéticos dados por desaparecidos durante la guerra de Afganistán de los años 80, muy probablemente uno podrá volver a su país natal en los próximos meses. Según todos los indicios, se trata de Serguéi Pantelyuk, originario de la región de Rostov, en el sur de Rusia, quien servía con el grado de teniente en el 263º escuadrón aéreo de reconocimiento cuando su avión Sujói Su-17 fue abatido en las proximidades de la base aérea de Bagram, en el centro del país asiático.

"La madre de Pantelyuk ha esperado durante 30 años a que su hijo llamara a su puerta; siempre ha dicho que estaba vivo y que regresaría", ha declarado al rotativo Kommersant Elvira Berseneeva, de la organización de búsqueda y rescate Mius-Front. "Estamos esperando las buenas noticias; la familia estará tan feliz, pudo recibir una carta de su mujer que le explicaba que su hija había nacido, aunque solo vió a su padre a través de las fotografías", ha continuado Berseneeva.

Según Valery Vostrokin, de la Unión de Paracaidistas Veteranos, el militar desaparecido vive en Pakistán, a donde eran trasladados los prisioneros de guerra soviéticos. "Está vivo, es asombroso; ahora necesita ayuda", ha destacado.

Regreso definitivo

Pese a que la alegría se ha desatado en la ciudad militar donde se acuartelaba su escuadrón, todavía pasarán varios meses, puede que un año, hasta que Pantelyuk pueda regresar definitivamente con los suyos. "Su regreso requerirá un trabajo intenso por parte de las organizaciones públicas y los diplomáticos y necesitará cerca de 12 meses", ha declarado una fuente anónima de la denominada Hermandad de Combate a la agencia TASS.

Para el Ejército soviético, la guerra de Afganistán se prolongó durante casi un decenio, entre diciembre de 1979 y febrero de 1989, y perdieron la vida alrededor de15.000 soldados de la URSS. El desgaste a la que fueron sometidas las Fuerzas Armadas soviéticas por las guerrillas de muyahidines forzó su retirada en 1989 y, a la postre debilitó al Kremlin, propiciando posteriormente la desintegración de la URSS.

El régimen prosoviético de Mohamed Najibulá acabó cayendo en 1992 a manos de los combatientes muyahidín. El expresidente Najibulá fue ejecutado cuatro años más tarde, cuando los talibanes se hicieron con el control de Kabul, la capital.