El presidente francés, François Hollande, ha rendido homenaje este viernes a Jean Baptiste Salvaing y Jessica Schneider, la pareja de policías asesinada el pasado lunes en su casa de Magnanville, cerca de París, por un presunto yihadista francés que dijo actuar en nombre del Estado Islámico.

Durante el discurso pronunciado en la ceremonia oficial celebrada en Versalles, Hollande ha prometido que se adoptarán medidas para que la policía pueda llevar armas cuando no estén de servicio y garantizar el anonimato de los agentes.

“El doble crimen de Magnanville es un crimen contra la República”, ha dicho el presidente. Un crimen que, a su juicio, debe llevar a que policías y gendarmes dispongan de medios para defenderse incluso yendo de paisano, conservando sus armas reglamentarias en todo momento como permite ahora el estado de emergencia.

También se deberá evitar en la medida de lo posible que los agentes sean identificables y se conviertan en objetivo de terroristas o personas detenidas, delincuentes o cómplices con los que hayan estado en contacto.

“Se adoptarán medidas para garantizar su anonimato y, por lo tanto, su protección”, ha añadido. Tras el atentado de Magnanville, cometido por Larossi Aballa, un francés de 25 años radicalizado que prestó juramento a Daesh tres semanas antes del asesinato, la policía es consciente de que sus agentes no son inmunes a este tipo de ataques ni siquiera en sus casas y que también su familia pueden verse afectada.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, durante una reunión mantenida este martes con los sindicatos policiales, se comprometió a mantener la autorización para que los agentes puedan llevar su arma reglamentaria en todo momento, incluso cuando finalice el estado de emergencia, que se activó tras los atentados del 13 de noviembre y fue prolongado recientemente hasta el final de la Eurocopa de Fútbol.

APOYO A LAS FUERZAS DE SEGURIDAD

Enfrentados al elevado nivel de amenaza terrorista, la violencia de las manifestaciones contra la reforma laboral y los actos vandálicos de los hooligans durante la Eurocopa, los sindicatos de policías llevan semanas advirtiendo del grado de agotamiento de los agentes y este viernes Hollande ha tenido palabras de apoyo hacia el conjunto de las fuerzas de seguridad y de advertencia hacia quienes se oponen a ellas.

“Los gendarmes arriesgan su vida. Les debemos respeto, reconocimiento y protección. La violencia contra los representantes del orden público no quedarán jamás impunes”, ha subrayado. “No aceptaré que sean objeto de difamación o de insultos. La República debe defender la reputación de los agentes que se consagran a ella”, ha insistido.

Sin embargo, este discurso no ha impedido que un funcionario presente en la ceremonia se negara a estrechar la mano del presidente y del primer ministro, Manuel Valls. Se trata de un policía de Mantes la Jolie, donde trabajaba la pareja asesinada que, según ha contado a TF1, ha querido mostrar con su gesto que está “harto” de la falta de medios de los policías.

Por otra parte, Hollande ha vuelto a recordar que la lucha contra el terrorismo será todavía larga al rendir también tributo a la memoria de los tres policías que perdieron la vida en los atentados de enero del 2015. “Esta guerra contra el terrorismo será larga y nos pone a prueba”, ha dicho tras insistir en que Francia no cederá. “Debemos ser fuertes, seguir siendo lo que somos, aguantar”.