Sin pronunciar la palabra candidato, François Hollande se ha colocado este jueves claramente en la rampa de lanzamiento de las presidenciales de mayo del 2017 al esbozar su visión de Francia durante un discurso organizado por la Fundación Jean Jaurèsante la plana mayor del Ejecutivo y un público entregado que lo ha interrumpido con aplausos.

El tema elegido por el presidente francés para iniciar el curso político y desgranar los asuntos que estarán en el centro del debate de todos los aspirantes al Elíseo ha sido "la democracia frente al terrorismo".

Las armas para luchar contra la amenaza yihadista, el lugar del islam en Francia, los principios del laicismo, la identidad nacional, la inmigración, el auge del extremismo o los retos europeos han centrado una intervención en la que Hollande ha criticado las recetas de la derecha y la ultraderecha frente el miedo que el terrorismo y la crisis migratoria ha instalado en la sociedad francesa.

Hollande ha defendido el estado de derecho como la mejor arma para ganar la batalla al terror y se ha apartado de la idea de un “estado de excepción” similar a la Patriot Act aprobada por Estados Unidos tras el 11-S. “La democracia será más fuerte que la barbarie que le ha declarado la guerra”, ha dicho.

Asimismo, en un contexto de creciente desconfianza hacia la población de confesión musulmana, se ha mostrado convencido de que el Islam francés puede ser compatible con los principios del laicismo y ha apelado a la cohesión nacional para evitar la división social que los yihadistas pretenden inocular.

“¿El Islam puede adaptarse al laicismo, como lo han hecho antes el catolicismo o el judaísmo? Mi respuesta es sí. ¿La República está dispuesta a acoger una religión que no estaba previsto que tuviera esta dimensión hace un siglo? La respuesta sigue siendo sí”, ha señalado Hollande refiriéndose a la segunda religión del país y desmarcándose del discurso de la derecha.

“Nada en la idea del laicismo se opone a la práctica del islam en Francia siempre y cuando cumpla la ley”, ha proseguido. Sobre lapolémica del ‘burkini’ que ha incendiado el ambiente político durante el verano, el mandatario galo ha rechazado la idea de legislar prohibiendo su uso lanzada por su predecesor, Nicolas Sarkozy, porque, a su juicio, sería inconstitucional.

“Basta con aplicar las leyes con todo su rigor”, ha insistido tras denunciar las “provocaciones” de los extremistas que usan este debate como pretexto para estigmatizar a los franceses de religión musulmana.

IDENTIDAD FRANCESA

El presidente ha definido la identidad francesa como un modo de vida construida por generaciones sucesivas y ha destacado que Francia es, “más que una identidad, una idea, un proyecto y unaambición”. En otra clara alusión a los programas de los candidatos a las primarias de la derecha, Hollande se ha erigido en protector del modelo social francés que, a su juicio, la oposición pretende “desmantelar”.

De la misma forma, se ha presentado como el garante de la construcción europea amenazada por el reciente ‘brexit’. “Europa es más que una plaza financiera, es también un espacio de valores. No dejaré que Europa se desintegre por el nacionalismo, las fronteras y el extremismo. El fin de Europa sería el de una concepción de la democracia”, ha proclamado.

Hundido en los sondeos

Debilitado por la disidencia de su exministro de Economía, Emmanuel Macron, y acorralado por una avalancha de competidores en su propia familia política, Hollande ha hecho un llamamiento a la unidad de la izquierda para evitar una fragmentación del voto en las presidenciales del próximo mayo. Sea o no candidato a la reelección, algo que Hollande anunciará oficialmente en diciembre, todos los sondeos auguran que la ultraderechista Marine Le Pen estará en la segunda vuelta frente al aspirante de la derecha que salga en noviembre de las primarias. Otra mala noticia para Hollande es que el 88% de los franceses no quiere que opte a un segundo mandato.