Escasez de combustible. Basura sin recoger. La huelga que hace siete días lleva a cabo la Confederación Nacional del Transporte de Carga terrestre de Chile (CNTC) añade un nuevo frente de tormentas al Gobierno de derechas cuando debe preparar las condiciones para el referéndum constitucional de octubre. Además, empiezan a reactivarse las protestas a pesar de la pandemia del coronavirus.

«Cortar la cadena de abastecimiento no es una manifestación pacífica», aseguró el portavoz del presidente Sebastián Piñera, Jaime Bellolio. «Nos ofrecen migajas», se queja José Villagrán, presidente de la Federación de Dueños de Camiones del Sur (Fedesur), en relación con los llamamientos de las autoridades a levantar la medida de presión que se siente con más fuerza en el sur y que, según la Asociación de Exportadores de Frutas (Asoex) y la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), ponen en peligro sus envíos al exterior. «En un par de días ya no vamos a poder seguir embarcando nuestra fruta», vaticina. Según una encuesta de la consultora Pulso Ciudadano de Activa Research, un 44,5% de los chilenos ha expresado su rechazo a la protesta liderada por la CNTC. Además de los efectos sobre el abastecimiento, se les critica llevarla a cabo cuando el covid-19 todavía es una amenaza. El virus ha infectado a 411.726 chilenos. Los muertos ascienden a 11.274.

Los sindicatos solicitan al Gobierno que acelere la promulgación de leyes que otorguen a la policía militarizada (Carabineros) más facultades para enfrentar los ataques incendiarios contra los camiones en La Araucanía y Biobío, las regiones donde son frecuentes las protestas de las comunidades originarias mapuche. Las organizaciones que representan a esos pueblos reclaman tierras que consideran ancestrales, autonomía jurisdiccional, mejoras económicas y el respeto a la identidad cultural.

La presente huelga recuerda a otra similar que, en octubre de 1972 y por razones diferentes, provocó un mayor desgaste político al Gobierno socialista de Salvador Allende. Once meses más tarde tuvo lugar el golpe militar.

Cuarenta y siete años después de aquel hito, la protesta de la CNTC tiene como trasfondo inevitable la consulta electoral que se realizará el 25 de octubre para reformar la Constitución que la dictadura militar (1972-90) escribió a imagen y semejanza del general Augusto Pinochet.

El plebiscito ha sido fruto de las movilizaciones sociales que comenzaron en octubre pasado en contra del modelo económico y social. Sectores del Gobierno, en particular la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), se muestran contrarios a la realización de la consulta. Una reciente encuesta de la consu ltora Cadem arrojó que un 93% de los entrevistados pide que los derechos de la educación y la salud estén garantizados para la población en una nueva Carta Magna. H