“No creemos en los muros. Nuestro país cree en los puentes” dejó claro el presidente de México Enrique Peña Nieto, ante el objetivo de Trump de seguir construyendo el muro fronterizo en los 3.185 kilómetros de frontera compartidos. Para unos, esta debe unir. Para los otros, que llevan las de ganar, separar y proteger.

Hasta ahora hay valla en poco más de la tercera parte, por ejemplo entrando en las marismas de Tijuana, justo al lado de la frontera de San Ysidro, la más concurrida del mundo. Un millón de personas y 370.000 vehículos cruzan a diario legalmente la frontera entre México y Estados Unidos. La decisión de alzar el muro se percibe como un golpe de fuerza contra los mexicanos. Además de un colapso ecológico.

Los negociadores de Peña Nieto volaban a Washington el martes por la noche, hora local, justo cuando Trump tuiteaba que a la mañana siguiente haría el anuncio sobre los fondos para la construcción del muro. El ministro de Exteriores Luis Videgaray y el de Economía, Ildefonso Guajardo, habían salido de México recalcando: “No vamos a aceptar aquellos temas que le hagan daño al interés nacional”, con el encargo de tratar todos los temas bilaterales.

Llamamientos a la unidad

El presidente mexicano canceló súbitamente el martes por la tarde el viaje a Punta Cana, República Dominicana, donde se reúne la CELAC, estados latinoamericanos y caribeños, se cree para poder responder mejor a Trump. Mientras, el líder de la izquierda MORENA, Andrés Manuel López Obrador, llamó sorprendentemente a la unidad nacional en torno a Peña Nieto: “Va a contar con el respaldo de todo México, porque él nos representa (…) son momentos de unidad”. También el expresidente del derechista PAN, Vicente Fox, insistió que Trump debe escuchar la voz firme de Peña Nieto en temas como el muro, el TLCAN y la dignidad de los mexicanos en los USA.

Por su parte el líder moral del PRD Cuauthemoc Cárdenas declaró ayer que Peña Nieto debería cancelar la visita prevista a Trump para el próximo 31 de enero “y buscar una posición digna para México”. Prestigiosos académicos, como Sergio Aguayo, valoran el “enfoque integral” del presidente en la relación bilateral, pero “lo malo es que llega 100 años después de que el crimen organizado se asentara en México”.

Las remesas

Un 31% de los mexicanos tiene un familiar cercano en el norte. Les importa poco si tienen documentos o no. Pero piden que las remesas, de 28.000 millones de dólares anuales, no dejen de fluir. Según un estudio publicado en el American Journal of Sociology, el endurecimiento de la vigilancia fronteriza en las últimas tres décadas duplicó la tasa neta de crecimiento de los indocumentados. Consideran que en vez de detener a los migrantes, que anteriormente se movían en círculo con trabajos en Estados Unidos y hogar en México, los retuvo en USA.

Ahora son más los migrantes centroamericanos, caribeños e incluso de Eritrea, los que atraviesan México para llegar a la frontera norte. Centenares de ellos permanecen varados en ciudades fronterizas como Tijuana o Matamoros, ya en el Golfo de México. Otro drama que encuentra un muro doble.