Hungría ha comenzado a construir su segunda valla en lafrontera con Serbia con el objetivo de frenar la llegada deinmigrantes y solicitantes de asilo, según ha informado este lunes el portavoz del Gobierno de Viktor Orban, Janos Lazar.

Hungría ya cuenta con una valla con concertina en la frontera sur. La levantó en el 2015, en el auge de la crisis migratoria que llevó a más de un millón de personas a Europa para huir de los conflictos en Oriente Próximo y Asia Central.

De esta forma las autoridades húngaras consiguieron cortar la ruta hacia Alemania, principal destino de los recién llegados, pero hace unos meses anunciaron que la reforzarían con una segunda valla para garantizar que esta vía permanezca cerrada si se produce una nueva ola migratoria.

PRESIÓN MUCHO MENOR

Aunque la presión en la frontera con Serbia es actualmente mucho menor que hace dos años, las fuerzas de seguridad húngarasimpiden que cientos de personas crucen cada día por esta línea, de acuerdo con los datos facilitados por el Gobierno.

Lazar ha indicado que el Ejecutivo destina unos 130 millones de dólares (123 millones de euros) a la construcción de esta segunda valla y de un campamento cerrado que servirá para detener a los inmigrantes hasta que sus peticiones de asilo obtengan respuesta.

Actualmente hay unos 600 inmigrantes en campamentos abiertos ubicados en territorio húngaro a la espera de que se resuelvan sus peticiones de asilo, lo cual --ha dicho Lazar en las últimas semanas-- supone "un peligro" para la seguridad nacional.

QUEJA A LA UE

Las oenegés Hungarian Helsinki Committee (HHC) y Human Rights Watch (HRW) enviaron el pasado viernes una queja al comisario de Migración de la UE, Dimitris Avramopoulos, por las nuevas medidas adoptadas por Hungría y la reforma legal que prevé el Gobierno de Budapest, anunciada hace dos semanas y en trámite parlamentario, que le permitirá encerrar temporalmente a los refugiados.

"La Comisión Europea no debería permanecer quieta mientras Hungría se burla del derecho de asilo", ha considerado el subdirector de HRW, Benjamin Ward, quien ha tachado de "abusivas, crueles e inútiles" estas nuevas medidas.

El Gobierno húngaro ha rechazado estas críticas en un correo electrónico enviado a Reuters. "HRW intenta una vez más denigrar a quienes trabajan en la frontera", ha acusado. "Hungría está entre los primeros en honrar las normas de la UE" sobre inmigración y asilo, ha afirmado.

Según la normativa comunitaria, solo se puede impedir el libre movimiento de las personas de forma individual, no colectiva, y solo si existe un riesgo probado para la seguridad.