El ilusionista David Blaine voló este miércoles sobre el desierto de Arizona (EEUU) a una altura de más de 7.500 metros, agarrado a un puñado de 52 globos de colores inflados con helio.

Blaine, conocido por los actos de riesgo y acrobacias que realiza en la calle, superó sus propias expectativas al volar por encima de los 5.400 metros que se propuso al despegar y rozar una altura superior a los 7.500 metros que le exigió el uso de una mascarilla de oxígeno.

Cumplió con los requisitos

El reto del ilusionista, de 47 años, era sobrevolar la ciudad de Nueva York pero por condiciones climáticas y cuestiones de seguridad, tuvo que cambiar la localización por el desierto de Arizona, en un evento retransmitido por YouTube con una audiencia récord para la plataforma. "¡Guau! Eso fue increíble", dijo al aterrizar.

Para superar el reto, Blaine entrenó durante año y medio, tiempo en el que aprobó una licencia de piloto, otra de conductor de globo aerostático y una certificación de paracaidista tras superar 500 saltos en avión.

Además de controlar sus niveles de oxígeno, el equipo del acróbata tuvo que monitorizar en todo momento su temperatura corporal, ya que a esa altura se superan los 20 grados centígrados bajo cero, aseguraron.

Una vista increíble

Durante el ascenso, que comenzó tras soltar la mano de su hija de 9 años, Blaine dijo desde su radio que estaba presenciando "la vista más increíble del mundo". Para aterrizar, el ilusionista soltó los globos y se precipitó al vacío hasta que un paracaídas se abrió a unos 2.000 metros de altitud.

"¡Eso fue genial! ¡Guau! ¡Lo hiciste! ¡No te caíste!", exclamó su hija por la radio tras ver el aterrizaje sobre el terreno.

Blaine aseguró que siempre quiso completar ese desafío desde que vio el cortometraje "El globo rojo", un clásico de 1956 en el que un niño sobrevuela París agarrado a unos globos, del mismo modo que la casa de la película "Up" de Pixar replicaría más tarde.

Sus mayores logros

El reto supone la primera acrobacia pública de Blaine desde 2012, cuando pasó 72 horas de pie y sin moverse sobre un pilar rodeado de 1 millón de voltios de electricidad.

Entre otras acrobacias, también permaneció colgado en posición invertida durante 44 horas en Central Park, estuvo dentro de una estructura de hielo durante casi tres días y vivió 44 jornadas en una caja transparente suspendida en el cielo de Londres.