Las protestas en Ecuador alcanzaron anoche un nivel mayor de tensión después de que una multitud de manifestantes indígenas tomaran la sede de la Asamblea Nacional (Parlamento) en Quito, después de otra jornada de enfrentamientos con las fuerzas policiales. «Fuera Moreno, fuera Moreno», gritaban los manifestantes al entrar en el edificio tras derribar las verjas del exterior. 10.000 manifestantes protestaban por las medidas económicas del Gobierno de Lenín Moreno y el aumento del precio de los combustibles. Pocas horas antes de la llegada a Quito de las comunidades originarias, Moreno llamó a los «hermanos indígenas» a un «diálogo sincero» que evite «cualquier derramamiento de sangre». El presidente hizo su exhortación desde la ciudad costera de Guayaquil, donde se instaló el lunes de manera provisional con su gabinete para alejarse de la movilización.