El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha desatado la ira de los interesados por el patrimonio cultural al anunciar que su Gobierno retirará un tesoro arqueológico hallado durante la construcción del metro de Salónica con el objetivo de ahorrar costes.

Se trata de hallazgos encontrados durante la construcción de la estación de Venizelu, en el corazón del centro comercial de la ciudad. Entre ellos hay restos de la principal vía de la ciudad - entonces pavimentada con mármol - durante las eras romana, bizantina y otomana, además de un barrio de talleres donde se han encontrado bancos de trabajo, herramientas, hornos y matrices para fabricar joyas.

La propuesta de Mitsotakis es retirar todo y volver a colocarlo una vez terminadas las obras.

La empresa que construye el metro desde hace 15 años optaba desde un principio por retirar los hallazgos para facilitar las tareas, pero los arqueólogos y buena parte de la sociedad local, encabezada por el exalcalde de la ciudad, Yannis Butaris, proponían mantenerlos in situ y convertir la estación en museo.

La idea era que los pasajeros tuvieran acceso a los andenes a través de pasadizos que sortearían el antiguo y medieval barrio de artesanos y comerciantes.

CONTRA LA LEY

En 2017, el Ejecutivo del izquierdista Alexis Tsipras aprobó este plan que preveía el comienzo del funcionamiento de toda la línea de metro en 2021, con la excepción de la estación en cuestión, cuya apertura estaba prevista para 2022.

La exsecretaria general del Ministerio de Cultura María Vlazaki explicó este martes en una entrevista al diario Avgi que a la vista de que en su momento se encontró una solución técnica que permite la permanencia de los hallazgos in situ y ante el hecho de que los trabajos necesarios ya comenzaron, "retirarlos contraviene la legislación".

El argumento principal del Gobierno actual es que este plan no tiene un presupuesto fijo, que hay dudas de que sea factible y que retrasará mucho la construcción del metro.

En un discurso en la feria internacional de Salónica Mitsotakis anunció el pasado fin de semana que el metro estará plenamente operativo en 2023, es decir un año después de lo que preveían los planes iniciales.

SIN FECHA DE REGRESO

La Asociación de Arqueólogos destacó en un comunicado que la propuesta gubernamental aumentará el coste de la obra y pondrá en peligro las antigüedades. Además, dice, no precisa cuándo, cómo, ni qué parte de los artefactos volverán.

Uno de los abanderados del movimiento de protestas -se ha iniciado también una colecta de firmas- es Butaris, alcalde independiente de esta segunda mayor ciudad de Grecia hasta el 1 de septiembre, quien ha pedido a Mitsotakis que dé marcha atrás a estos planes. "El diálogo científico que tuvo lugar estos años ha dejado claro que la coexistencia de los hallazgos arqueológicos con el metro no solo es factible sino también es necesaria", señaló Butaris en una carta al primer ministro.

MÁRMOLES DEL PARTENÓN

Es la segunda vez en dos semanas que el líder conservador cosecha un reguero de críticas por un asunto arqueológico, después de anunciar en una entrevista con un diario británico que pediría "prestadas" al Gobierno de Londres algunas de las piezas del Partenón llevadas a Londres a comienzos del siglo XIX por el embajador británico del Imperio Otomano, Thomas Bruce, más conocido como Lord Elgin, para exponerlas en el nuevo museo de la Acrópolis.

La oposición se lanzó sobre Mitsotakis y le acusó de haber actuado como menos con "ingenuidad" -en palabras de Tsipras-, pues al pedir prestadas esas piezas reconocía implícitamente que el Museo Británico es el propietario, extremo que el primer ministro ha negado categóricamente. Grecia lleva años reclamando al Reino Unido que le devuelva los mármoles del Partenón y otras piezas que consideran ilegalmente sustraídas de su país.