Miles de personas acuden este fin de semana en peregrinación al puente de Londres y al mercado de Borough para rendir un silencioso tributo a los ocho muertos y 48 heridos del ataque terrorista que golpeó la ciudad justo hace un año. El alcalde de la capital inglesa ha trasladado el libro de condolencias digital del ayuntamiento a la catedral de Southwark, que se encuentra en el mercado, junto al río, para que todos los ciudadanos puedan mostrar sus sentimientos sobre el atentado.

En esta iglesia se celebrará hoy una misa en memoria de las víctimas. Asistirá el alcalde, Sadiq Khan, que luego plantará un árbol fuera del templo con abono creado con las flores solidarias depositadas por ciudadanos en el lugar de la matanza. Y encabezará un procesión que guardará un minuto de silencio. Durante el fin de semana se proyecta en el puente un holograma con el lema Londres unido.

El ataque del puente de Londres, reivindicado por Estado Islámico, era el segundo que sacudía a esa ciudad en apenas tres meses, y llegaba cuando aún estaba abierta la herida del atentado del Manchester Arena, al final de un concierto de Ariana Grande, en mayo del 2017. De alguna manera cambió el estado de ánimo de los londinenses. Pese a que reaccionaron con su resiliencia habitual, la sociedad vive obsesionada con la seguridad.

El país sigue en el segundo nivel más alto de alerta terrorista y seguirá así durante los próximos dos años por la amenaza de Rusia e Irán y el probable regreso a casa de los yihadistas combatientes en Irak y Siria. Desde el golpe del año pasado se puede ver más policías armados por las calles de Londres y las autoridades han aprobado la creación de dos nuevas unidades antiterroristas, en Manchester y Birmingham.

Hoy está previsto un importante discurso del nuevo ministro de Interior británico, Sajid Javid, en el que anunciará una importante inversión en prevención terrorista, apostando por la lucha contra el reclutamiento de yihadistas en internet. Para tal fin, será fundamental la colaboración de los gigantes tecnológicos.

Algunos de los terroristas de los cinco ataques que padeció el país el año pasado eran viejos conocidos de la policía que habían dejado de ser monitorizados. Tras los atentados, exministros y altos mandos policiales criticaron los recortes en los servicios de seguridad del Gobierno conservador desde el 2010.

Atropello indiscriminado / La noche del 2 al 3 de junio del 2017, tres jóvenes fanáticos se abalanzaron con una furgoneta contra la multitud que transitaba por el puente de Londres, atropellando a todo aquel que se les puso por delante. Después bajaron de la furgoneta con cuchillos atados con correas a sus muñecas y empezaron a apuñalar a la gente que estaba en las terrazas próximas al mercado antes de ser abatidos por la policía.

Entre los muertos figuraba el español Ignacio Echeverría, un empleado de banca de 39 años que se encontró en medio de la escena y se lanzó contra uno de los terroristas que iba a atacar a una mujer. Echeverría empezó a golpearlo con un monopatín y la mujer logró escapar, pero él no vio cómo le atacaban otros dos terroristas por la espalda. El ataque dejó mucha impotencia pero también algunos héroes anónimos como el propio Echeverría o como Wayne Marques, uno de los cuatro policías que resultaron heridos al enfrentarse desarmados a los atacantes. Marques fue apuñalado en la cabeza y el cuello. Cuenta que se reincorporará a su trabajo en breve.