El Gobierno confirmó ayer que espera la llegada del Aquarius mañana, domingo, previsiblemente antes de las once de la mañana, y aseguró que los inmigrantes que viajan a bordo serán atendidos por los servicios sanitarios antes de que desembarquen y después serán tratados «uno a uno» para ver «dónde se les acomoda y sus necesidades», según destacó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, que agregó que España actuará como frontera europea en el tratamiento a estos inmigrantes, lo que implica que podría haber expulsiones.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer, Celaá admitió que no puede descartarse que algunos de los 630 inmigrantes puedan ser devueltos a sus países de origen, en el caso de que tengan antecedentes penales o prohibición de entrada.

«Nada es descartable, todo el mundo conocerá si tiene estatus de refugiado, si es inmigrante económico, incluso si efectivamente tiene delitos que le hacen acreedor a ser expulsado», dijo la portavoz del Ejecutivo.

Celaá aseguró que España actuará «con toda la normalidad» como frontera europea en cuanto a protocolos sanitarios y policiales, y añadió que la «única excepcionalidad» es que se trata de «un acto profundo y solemne de solidaridad y de prestación de auxilio». Esta específica condición de excepcionalidad implica que los inmigrantes entrarán en el país invitados por el Gobierno español por razones humanitarias y contarán con un permiso inicial de estancia de 90 días, tal y como recoge la normativa europea y nacional. Pasado ese periodo, a los que no reúnan los requisitos para residir en el país se les abrirá un procedimiento para su expulsión.

RESPUESTA EUROPEA / Celaá afirmó también que el deseo de Pedro Sánchez al ofrecer España como puerto para que desembarquen es «dar un aldabonazo» que «sirva de catalizador» para que la Unió Europea se disponga a afrontar la inmigración ilegal de forma conjunta a nivel europeo. «Este no es un asunto español ni italiano ni griego. Somos Europa y como tal afecta a todos los países miembros». En València, entre tanto, el dispositivo para acoger a los inmigrantes ya está prácticamente ultimado. Más de mil personas forman el operativo puesto en marcha por la Cruz Roja de Valencia en el puerto.

Mientras, el drama de las muertes de migrantes en el Mediterráneo sigue imparable. Ayer, Salvamento Marítimo recuperó los cadáveres de cuatro inmigrantes en aguas del estrecho de Gibraltar, en una jornada en la que se rescató a un total de 307 personas que se desplazaban en 38 pateras.

Sin embargo, esta cifra de pateras y de inmigrantes podría ascender, ya que ayer por la tarde, el operativo de Salvamento Marítimo se mantenía en la zona en busca de otras embarcaciones con inmigrantes.