Miles de personas han salido por segundo día consecutivo este viernes, día festivo para los musulmanes, en diversas ciudades de Irán para protestar contra la actual política económica del Gobierno, el coste de la vida y la corrupción, en manifestaciones que en algunas ocasiones degeneraron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Las protestas han tenido lugar en las ciudades de Mashad, Neyshabur, Kamshmar, Shahrud, Kermanshah, Rasht, Tabriz, Isfahan y también en Teherán, la capital, según las imágenes difundidas por las redes sociales. Los manifestantes han coreado lemas contra al presidente iraní, Hasán Rohaní, o "Independencia, libertad, república iraní", según muestran las imágenes difundidas en canales de la red social de Telegram. También se han oído gritos contra el guía supremo, y verdadero hombre fuerte del régimen, Alí Jamenei.

Asimismo, los manifestantes han coreado lemas que parecían jaculatorias por el alma del último sah de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, derrocado en 1979 por la Revolución Islámica que encabezó el ayatolá Jomeini.

Una de las ciudades que ha concentrado las protestas, Kermanshah, es la principal localidad de la región donde el terremoto mató a 600 personas el pasado mes de noviembre. Las fuerzas de seguridad han llevado a cabo varias detenciones, ayer fueron arrestadas 52 personas.

Problemas reales

Entre los gritos más coreados han figurado los de repulsa por la vida acomodada del clero iraní, al que acusan de no empatizar con los problemas reales de la sociedad. "La nación es un mendigo, mientras los clérigos viven como Dios". Igualmente, los manifestantes han expresado su rechazo al gasto que destina el régimen iraní a algunos países de la región mientras la población pasa por dificultades económicas: "Ni Gaza ni Líbano, mi vida la sacrifico por Irán".

Las protestas contra Rohaní se han incrementado en las ultimas semanas, sobre todo después de que a principios de diciembre presentó los presupuestos para 2018. La última oleada de protestas que vivió el país, que duraron varios meses, fue en el 2009, tras la reelección del entonces presidente Mahmud Ahmadineyad, resultados que la oposición calificó de fraudulentos.