La isla que se formó en el 2015 a raíz de las cenizas producidas tras una erupción de un volcán submarino en el archipiélago polinesio de Tonga podría permanecer en el Pacífico durante los próximos 30 años. Así lo ha afirmado un estudio que ha publicado la NASA este lunes en el que afirma que se trata de la primera isla de este tipo que persiste en "la era del satélite moderno".

La isla, que recibe el nombre no oficial de 'Hunga Tonga-Hunga Ha’apai', tiene una altitud de 120 metros y, tras su creación, se estimaba que duraría escasos meses. Sin embargo, dos años después de su origen, la NASA ha asegurado que su existencia podría prolongarse desde los seis a los 30 años.

REPRODUCCIÓN 3D

La erupción del volcán que causó la creación de esta isla tuvo lugar entre diciembre del 2014 y enero del 2015. Desde entonces, la NASA ha estado analizando detalladamente su formación a través de observaciones mensuales por satélite. Dos años más tarde, la agencia aeroespacial ha construido una reproducción de su constitución a partir de imágenes tomadas por radares y sensores ópticos.

El director del estudio y jefe científico del centro espacial Goddard de la NASA, Jim Garvin, ha asegurado que el principal objetivo es "calcular la transformación 3D de la superficie de la isla" para entender cómo este tipo de masa terrestre ha podido persistir durante tanto tiempo.

PRECEDENTE EN ISLANDIA

Según la investigación, la nueva isla en el sureste asiático podría ser la tercera isla originada por una erupción "surtseyana" en los últimos 150 años. Este tipo de erupciones tienen lugar en superficies marinas poco profundas como mares o lagos y su nombre se debe a la isla de Surtsey, en Islandia.

La isla de Surtsey se formó en 1963 después de una erupción volcánica submarina. Según los científicos que han realizado el análisis, la mezcla de la elevada temperatura del agua y las cenizas podría provocar una alteración química de la roca frágil de la isla y convertirla en un material mucho más resistente.