El líder de la coalición de centro-derecha israelí Azul y Blanco, Benny Gantz, ha lanzado la toalla unas horas antes de que expirara su mandato para formar un nuevo gobierno en Israel, dejando al país más cerca de unas terceras elecciones generales en menos de un año.

Gantz ha llamado por teléfono al presidente israelí, Reuven Rivlin, tras fallar en el intento de formar un gobierno de unidad con el derechista Likud, Binyamin Netanyahu, y el ultraderechista Israel Nuestro Hogar, de Avigdor Lieberman.

Los jefes de Azul y Blanco y el Likud se reunieron anoche por última vez, pero no alcanzaron ningún acuerdo y se responsabilizaron mutuamente. Gantz señaló que Netanyahu no quiere entrar en ningún ejecutivo de unidad que no incorpore a sus aliados de ultraderecha y religiosos.

El líder de Azul y Blanco aseguró ayer que Netanyahu ya había decidido ir a elecciones. «Eso es lo que sus abogados le están diciendo, y todo lo que trata de hacer ahora es trasladar la responsabilidad», ha dicho en referencia a que la Fiscalía tomará en los próximos días la decisión de formalizar o no la acusación contra el primer ministro por tres casos de corrupción. Netanyahu propuso que la primera acción del nuevo ejecutivo fuera anexionar a Israel el Valle del Jordán, territorio palestino ocupado por Israel.

El jefe del Likud advirtió de la posibilidad de que Gantz acabara formando un gobierno minoritario con el apoyo externo de partidos árabes. Lieberman también se opuso a unirse a una coalición encabezada por el Likud con partidos religiosos y de ultraderecha.

Hoy se abre un plazo de 21 días en el que cualquier diputado apoyado por una mayoría puede intentar crear un ejecutivo, o el Parlamento puede votar su disolución yendo a elecciones.