La Kneset (Parlamento israelí) ha votado este miércoles por la noche su disolución tras el fracaso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su intento de formar una coalición de Gobierno. La votación supone que Israel celebrará nuevas elecciones generales el próximo 17 de septiembre, algo que nunca había sucedido en los 71 años de historia del Estado de Israel.

Unos minutos después de la medianoche (las 23 horas en España), cuando se agotaba el plazo para que Netanyahu intentara formar una coalición de gobierno, el primer ministro logró que la Cámara aprobase por mayoría (74 a 45) su disolución.

Con esta medida ha evitado que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, le encargara formar ejecutivo a otro diputado, que previsiblemente iba a ser el líder de la oposición, Benny Gantz.

Ofertas suculentas

Según el diario israelí 'The Times of Israel', Netanyahu ha intentado por todos los medios formar un Ejecutivo hasta el último momento, llegando a ofrecer al Partido Laborista que entrara en el Gabinete a cambio de ministerios importantes como Justicia y Finanzas. No obstante, los laboristas han rechazado la oferta.

Cuando el pasado 9 de abril se celebraron las elecciones generales y venció Netanyahu, a la cabeza del Likud, parecía que sería capaz de crear una coalición con los diversos partidos de derecha y extrema derecha que habían obtenido representación en la Kneset. Pero las negociaciones no han resultado sencillas.

El servicio militar, gran obstáculo

El principal escollo ha sido una ley destinada a reclutar a judíos ultraortodoxos para el servicio militar. Los partidos religiosos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, a los que Netanyahu necesitaba para formar Ejecutivo, se oponían a esta regulación. Pero la formación de ultraderecha Israel Nuestro Hogar, liderada por el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, y necesario para completar la coalición, la exige para respaldar al Gobierno.