Israel evacuó durante la noche del sábado a domingo a 800 sirios, miembros de la organización Cascos Blancos y sus familias a petición del presidente de EEUU, Donald Trump, y otros líderes mundiales, según confirmó el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu. Las fuerzas israelís les abrieron la frontera para que entraran en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel, y los trasladaron a Jordania. Los cascos blancos realizan labores de rescate de civiles en bombardeos en las zonas fuera de control de las fuerzas gubernamentales sirias y sus vidas estaban en peligro ante el avance de estas hacia el sur.

«Hace unos días, el presidente Trump me contactó y también lo hicieron el primer ministro canadiense y otros y pidieron que aistiéramos en la evacuación de cientos de cascos blancos de Siria. Esta gente ha salvado vidas y las suyas estaban en peligro. Por lo tanto, aprobé que pasaran por Israel hacia otros países, como un gesto humanitario importante», ha señalado Netanyahu en un comunicado. Unas horas antes, el Ejército israelí había confirmado la operación: «Siguiendo una directiva del Gobierno israelí, a petición de EEUU y algunos países europeos, las Fuerzas de Defensa de Israel han completado recientemente una tarea humanitaria para rescatar a miembros de una organización civil siria y a sus familias».

«Se evacuó a los civiles de una zona de guerra en el sur de Siria por una amenaza inmediata sobre sus vidas. El traslado de los sirios desplazados a través de Israel es un gesto humanitario excepcional. Se transfirió a los civiles a un país vecino», explica la nota. Más tarde, el ministerio de Asuntos Exteriores israelí confirmó que el grupo rescatado eran los cascos blancos.

El Ejército israelí ha subrayado que «Israel continúa manteniendo una política de no intervención respecto al conflicto de Siria y sigue considerando al régimen sirio responsable de todas las actividades que ocurren en territorio sirio».