El Gobierno italiano considera «inaceptable» que la policía francesa de Aduanas entrara el viernes en un centro de inmigrantes gestionado por una oenegé en la localidad italiana de Bardonecchia, en la frontera con Francia. Así lo afirmó ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano en un comunicado, después de convocar al embajador de Francia en Roma, Christian Masset, para transmitirle el malestar del Ejecutivo.

El suceso ocurrió el viernes, cuando agentes franceses entraron «armados» en un centro de la localidad italiana de Bardonecchia gestionado por Rainbow for Africa, pidieron a un inmigrante que estaba dentro que se sometiera a una prueba de orina e intimidaron a los trabajadores, denunció esa oenegé en Twitter.

El ministerio italiano informó de que, tras conocer el incidente, pidió explicaciones a las autoridades francesas a través de la embajada de Francia en Roma y de la misión diplomática italiana en París pero no obtuvo las justificaciones necesarias por «el grave acto (totalmente fuera del marco de colaboración entre Estados fronterizos)» y convocó al embajador francés.

El director general (de Exteriores) para la Unión Europea, Giuseppe Buccino Grimaldi, transmitió ayer al embajador la firme protesta por parte del Gobierno italiano por la conducta de los agentes aduaneros franceses, considerada inaceptable, y manifestó, al mismo tiempo, la «insatisfacción por la falta de respuestas a las solicitudes de explicaciones».

El suceso fue criticado por numerosos representantes de la política italiana, como el líder de la Liga Norte y de la coalición de derechas, Matteo Salvini, que declaró que, «más que expulsar a diplomáticos rusos», Italia «debería alejar a los diplomáticos franceses».

«Con nosotros en el Gobierno, Italia levantará la cabeza en Europa, de (el presidente francés, Emmanuel) Macron y (de la canciller alemana Angela) Merkel no tenemos que aprender ninguna lección, y nuestras fronteras las controlaremos nosotros», dijo.