Los antiguos romanos deben estar revolviéndose en sus tumbas. Según revela este martes la prensa italiana, varias estatuas de losMuseos Capitolinos de Roma, donde el lunes el primer ministro italiano, Matteo Renzi, recibió al presidente iraní, Hasan Rohani, fueron tapadas con paños, e incluso bloques de contrachapado blando, para evitar herir la sensibilidad del mandatario persa.

La decisión, según publicó el diario Il Messaggero, remitiría a una petición de la delegación iraní pues no les gustaba que en las fotografías oficiales apareciesen imágenes de desnudos y la enorme escultura ecuestre en bronce de Marco Aurelio, una de las mejores piezas de ese museo.

Más allá de las ironías, el caso amenaza con convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para Renzi, el cual ha sido criticado por varios políticos pertenecientes al ala más izquierdista de su partido, el Partido Democrático (PD). “Usted es un súbdito”, le han dicho.

“El respeto por otras culturas no puede suponer la negación de la nuestra”, atacó el diputado derechista de Forza Italia Luca Squeri.

En efecto, visiblemente satisfechos por ser Italia la primera etapa del viaje de Rohani a Europa después del fin de las sanciones, los líderes italianos no han escatimado en facilidades durante la visita de los iranís.

EL VINO, RETIRADO DEL ALMUERZO

Tanto que Sergio Mattarella, el presidente italiano, también aceptó retirar el vino de la mesa, en su almuerzo con su homólogo iraní, algo a lo que se negaron las autoridades de Francia, país al que el mandatario persa volará este mañana.

Así y todo, no es la primera vez que un mandatario italiano altera obras de arte de importancia mundial. En el 2010, Silvio Berlusconi, entonces primer ministro, había ordenado añadir un pene a la estatua de Marte de Palazzo Chigi.