Italia ha dado el primer paso en su esfuerzo para desactivar la política de puertos cerrados de Matteo Salvini y encontrar una línea común europea sobre la inmigración. El nuevo Gobierno italiano, resultado de una coalición del Movimiento 5 Estrellas con los progresistas del Partido Democrático, autorizó ayer el desembarco en Lampedusa de los 82 migrantes rescatados hace cinco días en dos operaciones en el Mediterráneo por la nave humanitaria Ocean Viking, de las oenegés SOS Méditerranée y Médicos Sin fronteras (MSF).

La decisión supone un parón en los constantes choques sobre este asunto con la Unión Europea y se adoptó después de que un grupo de países europeos mostraran su disponibilidad a acoger a parte de los inmigrantes rescatados. Una renovada entente de Italia con Bruselas que las propias oenéges han calificado como «una clara muestra de valores humanitarios» ante el drama migratorio en el Mediterráneo central.

El giro de Italia, previsto en el acuerdo de Gobierno entre los dos partidos que integran la actual coalición, llega tras una semana en la que la cuestión migratoria ha sido objeto de varias reuniones del primer ministro italiano, Giuseppe Conte. El miércoles, ya en plenas funciones después de haber recibido un voto de confianza del Parlamento, ante la nueva presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen. Y el jueves, ya en Roma, en una reunión con los ministros involucrados en los desembarcos de los migrantes rescatados en el mar, en la que participaron representantes de ambos partidos.

El objetivo último de Italia, según subrayó el primer ministro, es modificar el reglamento de Dublín -que también critica a menudo el Gobierno español-, la legislación europea que los solicitantes de asilo presenten su petición en el primer país de la Unión Europea al que han llegado. Pero se irá por fases, por lo que, con la mira puesta en una nueva gran reforma migratoria, Roma ha propuesto zanjar el asunto con la puesta en marcha de un mecanismo temporal que permita asignar «automáticamente» un puerto de destino y un país de destino final a los rescatados en el mar.

La nueva posición italiana responde así a una de las exigencias del Partido Democrático en las delicadas discusiones con el Movimiento 5 Estrellas que culminaron con la coalición de gobierno. «Nuestra postura es que los migrantes rescatados en el mar no pueden permanecer demasiado tiempo sin un puerto de destino. Eso es inaceptable», explicaba esta semana Andrea Marcucci, el jefe del Partido Democrático en el Senado.