El Ministerio del Interior italiano ha tenido que recurrir a los militares para mantener el orden en Amantea, ciudad de la región de Calabria, parte de cuyos 15.000 ciudadanos se están rebelando contra la presencia de inmigrantes recién llegados de África, muchos de los cuales son positivos por coronavirus. El fin de semana pasado cortaron la carretera provincial y dieron 24 horas al Gobierno para encontrar otra solución. Si el Gobierno no hace nada, daré orden de cerrar todos los puertos de la región, amenazó Joe Santelli, presidente autonómico por el centroderecha. El municipio está intervenido después de que el Ejecutivo disolviera la junta de gobierno por infiltraciones mafiosas.

Los contagios de covid-19 procedentes del extranjero están sacudiendo Italia de norte a sur, hasta el punto de que el Ministerio de Sanidad ha prohibido los vuelos procedentes de 13 países, incluidos los de Estados Unidos, Rusia y Brasil. El jueves pasado, un vuelo procedente de Qatar (país que no está en la lista) con 205 pasajeros pero que procedía de Daca (Bangladés, que sí está en la misma) con 112 oriundos de aquel país, 80 de los cuales positivos por covid-19, tuvo que dar media vuelta y regresar a su origen, después de haber desembarcado a los catarís. Fueron sometidos a un análisis rápido y puestos en cuarentena.

CASUÍSTICA VARIADA

Durante el fin de semana pasado, un autocar procedente de Kosovo apeó en varias ciudades de la península a varias mujeres residentes en Italia como asistentas. Dos de ellas estaban contagiadas. Un empresario de Vicenza (Véneto) fue a visitar dos empresas suyas en Serbia, regresó con el virus pero hizo vida normal, festejando un cumpleaños, asistiendo a un funeral y contagiando a mas de 80 personas. Ahora está en la UCI y los 80 contactos, sometidos a controles regulares. Este domingo, los peruanos (país vetado) que viajaban en un avión procedente de Madrid fueron devueltos a su origen.

Los casos se han multiplicado y la curva nacional de infecciones lleva una semana subiendo de nuevo (unos 200 contagios por día), por lo que las autoridades italianas están preparando una nueva lista de países "prohibidos" y, sobretodo, negar la entrada de vuelos que han hecho escalas durante el trayecto para soslayar los países vetados de origen. Los mayores problemas se dan con Rumanía, Bulgaria y Croacia, muchos de cuyos ciudadanos trabajan regularmente como temporeros en Italia durante el verano. Las llegadas desde Pakistán y Catalunya también están siendo controladas en los últimos días con más atención que antes.

PRORROGAR EL ESTADO DE ALARMA

Sobre la mesa del Gobierno está la posibilidad de prorrogar el estado de alarma hasta final de mes o hasta octubre e incluso hasta fin de año. Si estamos alertados, será más fácil tomar medidas urgentes, ha explicado el primer ministro, Giuseppe Conte, aunque tanto las partes sociales como la misma UE ya han informado de que "no se volverá al cierre total" de antes.

Los casos de los inmigrados legales presentan otro cariz de no fácil solución. Los 25.000 bengalís que trabajan en Roma son todos regularizados, pagan los impuestos y cuentan con permisos de residencia. Sin embargo, al no poder regresar de sus países, están corriendo el riesgo de perder trabajo y papeles, por lo que están dispuestos a hacer lo que sea por volver.

Como sucedió en la noche de sábado a domingo pasados, cuando en Rocella Jonica (Calabria) llegó un velero con 70 inmigrantes bengalís que, vista la prohibición de los vuelos, esperaban poder pasar más desapercibidos entrando por África. De ellos, 28 dieron positivo. Habían pagado entre 5.000 y 10.000 euros por la travesía.

MAYOR AFLUENCIA POR MAR

En la parte occidental de Sicilia está atracado el barco de pasajeros 'Moby Zaza', que hasta este lunes este martes finalizó el contrato- ha funcionado como instalación sanitaria para las cuarentenas de los inmigrantes que llegan. Pero no resulta suficiente. Desde enero hasta este lunes, han llegado de Libia y Túnez, con barcos, pateras y veleros privados (ninguna ONG opera en la zona) 8.988 inmigrados, tres veces más que en el mismo periodo del 2019. Interior está buscando en cuestión de horas cuarteles, edificios públicos inutilizados y otras estructuras para no tener que afrontar la rebelión de las poblaciones.