Las dos almas de la izquierda francesa se enfrentarán en unas elecciones primarias de las que saldrá el candidato a las presidenciales del 2017. El Consejo Nacional del Partido Socialista ha aprobado este domingo las modalidades del escrutinio, que se celebrará en dos vueltas, el 22 y el 28 del próximo mes de enero, y se organizará en alianza con el Frente Democrático y la Unión de Demócratas y Ecologistas.

La única incógnita es saber si el presidente François Hollande se presentará. Un interrogante que, según ha adelantado este lunes el secretario general de los socialistas, Jean Christophe Cambadélis, se despejará a finales de noviembre, cuando se conozca el aspirante al Elíseo de la derecha, que también designará en primarias a su cabeza de cartel.

Hollande se ha comprometido a optar a la reelección solo si baja el paro, ahora situado en torno al 10%. Pero incluso con unas buenas cifras de empleo es poco probable que tenga posibilidades de volver al Elíseo. Todos los sondeos dan por hecho que será eliminado en el primer turno de las presidenciales.

Su índice de popularidad ha caído tan bajo que ahora mismo ni siquiera está garantizada su victoria en las primarias socialistas. El díscolo exministro de Economía, Arnaud Montebourg, quien ha anunciado que se someterá a la elección interna, podría ponerle en serios aprietos. Según un sondeo de BVA publicado este lunes en la prensa regional, Montebourg lograría el 52% de los votos, cuatro puntos más que el jefe del Estado.

Solo en el caso de que Hollande no se presentara, y lo hiciera su primer ministro, Manuel Valls, sería vencido el rebelde titular de Economía en las primarias socialistas. Pero tampoco Valls tendría opciones en la batalla presidencial.

VOTAR AL CANDIDATO DE LA DERECHA

Es este adverso escenario el que está llevando a muchos simpatizantes de izquierda a moverse en otra dirección. Según la última encuesta del Centro de investigación política de Ciencias Políticas (Cevipof), publicada por ‘Le Monde’, el 10% de los electores de izquierda están dispuestos a participar en las primarias de la derecha, conscientes de que de ahí saldrá el nombre del próximo presidente de la República.

De ellos, el 66% se inclina por apoyar al exprimer ministro y actual alcalde de Burdeos, Alain Juppé, a quien agradecen el discurso moderado que mantiene frente a la línea dura de Nicolas Sarkozy. Su objetivo es evitar que el segundo turno de las presidenciales se limite a un duelo entre el expresidente y la ultraderechista Marine Le Pen.

Las primarias de los conservadores no se dirigen inicialmente a los votantes de izquierda, pero nada impide que participen en la votación si figuran en las listas electorales, pagan dos euros y se adhieren a los valores republicanos del centroderecha. El exprimer ministro Jean Pierre Raffarin, próximo a Juppé, ya ha invitado a los “decepcionados” con la política de Hollande a participar en el escrutinio. Una invitación vivamente criticada por los sarkozystas.