El XVI Congreso del Frente Nacional (FN) que se celebrará en Lille el próximo 10 de marzo promete ser movidito. El tribunal de apelación de Versalles ha confirmado este viernes la exclusión de Jean Marie Le Pen del partido que fundó en 1972, pero avala que siga al frente de la presidencia de honor, confirmando así una sentencia anterior del tribunal de Nanterre.

“La exclusión del Frente Nacional de Jean Marie Le Pen no tiene efectos sobre su condición de presidente honorífico. En consecuencia, podrá ser convocado en calidad de miembro de pleno derecho en todas las instancias del partido”, indica la decisión judicial.

En resumen, si Marine Le Pen pensaba haberse librado del viejo patriarca, se equivoca. A sus 89 años, Jean Marie Le Pen está dispuesto a seguir dando guerra y amenaza con presentarse en Lille a pesar de que el secretario general del FN, Steeve Briois, ha dicho bien claro que se le impedirá la entrada al congreso.

El cónclave es decisivo para la líder ultraderechista que, a raíz del fracaso electoral en las presidenciales de mayo del 2017, se ha embarcado en un proceso de refundación que concluirá con el cambio de nombre del partido. Marine Le Pen no tendrá fácil la tarea de insuflar ánimo en sus propias filas.

Para empezar, deberá definir la línea política del Frente Nacional en un contexto delicado. Su liderazgo se ha visto cuestionado, ha tenido que encajar la deserción del que fuera su brazo derecho, Florian Philippot, y su voz es prácticamente inaudible en el campo de la oposición a Emmanuel Macron.

“Un detalle de la historia”

La decisión judicial del tribunal de Versalles añade ahora un nuevo capítulo en el largo culebrón político-familiar que los Le Pen protagonizan desde el verano del 2015. Fue entonces cuando al ‘Menhir’, como se conoce en Francia a Jean Marie Le Pen, se le excluyó del partido después de su empeño en reiterar públicamente que las cámaras de gas habían sido “un simple detalle de la historia” de la Segunda Guerra Mundial.

Sus palabras le valieron una multa de 30.000 euros pero, sobre todo, dispararon las alarmas en el Frente Nacional. Marine Le Pen preparaba su carrera hacia el Elíseo y había apostado estratégicamente por dar un barniz de normalidad al Frente Nacional para convencer a los electores de que el ADN racista, xenófobo y antisemita era cosa del pasado. La salida de tono de Jean Marie Le Pen daba al traste con esa estrategia y Marine escenificó la ruptura con su padre dejándole sin el carné de militante.

Las memorias de Le Pen

La dirección del FN optó también por modificar los estatutos para suprimir la presidencia honorífica que ostenta Le Pen y cortarle definitivamente el paso a sus provocaciones. El problema es que el cambio estatutario se vota definitivamente en el Congreso de marzo al que podría auto invitarse Jean Marie Le Pen a pesar de la advertencia de Steeve Briois de que sólo los militantes al corriente de sus cotizaciones podrán participar en las asambleas generales. “Jean Marie Le Pen no podrá participar en el Congreso de Lille”, ha subrayado el secretario general del partido.

Por si fuera poco, diez días antes del cónclave se publicará en Francia el primer tomo de las memorias de Jean Marie Le Pen. Una “casualidad”, ha comentado el interesado, que también le ha dicho a su hija que no tiene de qué preocuparse porque esa primera entrega termina en 1972, fecha de la fundación del partido en la que Marine Le Pen tenía sólo 4 años.