Boris Johnson dejó claro a la Unión Europea que el Reino Unido no aceptará sus reglas de juego. En su primer discurso tras la salida de la UE, ante una audiencia de embajadores y empresarios, el primer ministro señaló que busca un pacto comercial similar al de la UE con Canadá. Un acuerdo de libre comercio, sin mayores ataduras, excluyendo taxativamente el acatar la normativa comunitaria o sus tribunales de justicia. «A menudo se nos ha dicho que debemos escoger entre un pleno acceso al mercado de la UE, aceptando sus normas y sus tribunales, según el modelo de Noruega, o un ambicioso tratado de libre comercio, que abra mercados y evite la panoplia de regulaciones comunitarias, según el ejemplo de Canadá», dijo. «Prefiero decirlo desde el principio. Nosotros hemos elegido. Queremos un amplio acuerdo de libre comercio similar a Canadá, pero, en el improbable caso de que no tengamos éxito, nuestro comercio se basará en el Acuerdo de retirada, que ya hemos firmado con la UE», expuso. El modelo con Canadá significa estar fuera del mercado único y la unión aduanera, pero con tarifas en bienes reducidas al mínimo. El pacto entró en funcionamiento en el 2017 y elimina el 98% de las tarifas bilaterales entre el bloque europeo y el gobierno de Ottawa. Johnson considera que, «no hay necesidad de que un acuerdo de comercio implique aceptar las normas europeas en competencia, subsidios, protección social, medio ambiente o cualquier otra similar». En todas esas áreas, «el Reino Unido mantendrá los máximos niveles, que son mejores incluso, en algunos casos, que los de la UE» y por tanto tendría tanto derecho como ellos, afirmó, a imponerle su normativa. «Vamos a restaurar nuestra plena soberanía en las fronteras, la inmigración, la concurrencia, las reglas que marcan las subvenciones, los suministros, la protección de datos», dijo, retador.